Nacido en 1825, Camilo Castelo Branco fue uno de los autores más prolíficos y populares de su país. Su novela más famosa, Amor de perdición, fue llevada al cine en tres ocasiones, la última de ellas (1979) a cargo de Manoel de Oliveira, que hizo lo propio con Francisca (1981) y O dia do desespero (1982). Hijo de una relación extramatrimonial y huérfano temprano, Castelo Branco tuvo una vida tan cargada de azares, giros bruscos y desgracias, que no tuvo más que inspirarse en ella para escribir sus novelas llenas de peripecias. A los 16 años se casó por primera vez con una mujer a la que olvidó pronto y con la que tuvo una hija que murió a los 5 años. Todavía no había enviudado de su primera esposa cuando raptó a una joven huérfana con la que tuvo una hija, abandonando a ambas. No era más que el inicio de una vida amorosa pletórica de uniones, infidelidades, separaciones y muertes. Para olvidar uno de esos episodios, se inscribió en el seminario de Oporto, al que concurrió durante dos años. Juzgado por adulterio, fue puesto en prisión por un año. A partir de la mediana edad, las deudas lo obligaron a escribir a destajo, origen de la frondosidad y diversidad de su obra, que supera el medio centenar de títulos y abunda en folletines, originalmente publicados en diarios y periódicos de la época. Los misterios de Lisboa, de 1854, está considerada su primera novela “seria”, y Amor de salvación, La novela de un hombre rico y La brasileña de Prazins son otras de sus obras destacadas. Condenado a la ceguera tras sufrir un grave accidente, puso fin a su vida de un disparo en la sien a los 65 años.