La actuación, el 18 de septiembre, de Ute Lemper como solista en Los siete pecados capitales, con dirección de Jan Lathan König, en el mismo concierto en el que se estrenará una obra de un excelente compositor argentino, Julio Viera, y se interpretará la Sinfonía Nº 8, de Schubert, es una buena prueba de la imaginación y el equilibrio puestos en juego en la programación de la Filarmónica de Buenos Aires. La orquesta comenzará su ciclo en el Gran Rex el 6 de marzo, dirigida por Stefan Lano y con Fernando Hasaj como solista, con un programa que incluirá el Concierto para violín y orquesta de Berg y la inconclusa Sinfonía Nº 9 de Bruckner. Una semana después, Guillermo Scarabino conducirá la Obertura para una ópera cómica de Juan José Castro, Las oceánidas y el genial poema Tapiola, de Jan Sibelius, y el Concierto Nº 1 para piano y orquesta de Johannes Brahms, con Alexander Panizza como solista. El 20 de ese mes, el cellista Eduardo Vasallo será el solista en el Concierto de Laló, en un programa dirigido por Francisco Rettig que se completará con el Scherzo capriccioso de Dvorak y el Concierto para orquesta de Witold Lutoslawski.

El 3 de abril, el mismo director conducirá Arlecchino de Antonio Tauriello, Masques et bergamasques de Fauré y Sinfonía lírica de Zemlinsky, con los cantantes Adriana Mastrángelo y Víctor Torres. El 17 de ese mes, con dirección de Alejo Pérez y el pianista Horacio Lavandera como solista, se escuchará, de Pompeyo Camps, Viñetas porteñas, el Concierto Nº 2 para piano y orquesta, Echoing curves de Luciano Berio y la Sinfonía Nº 6 de Chaikovski. Una semana más tarde, Arthur Fagen conducirá Obertura para una comedia infantil de Luis Gianneo, la Sinfonía Nº 5, Reforma de Mendelssohn y las Danzas sinfónicas de Grieg. En mayo se escucharán obras como Luonnotar, para soprano y orquesta, con Virginia Correa Dupuy como solista, la Música para cuerdas, percusión y celesta de Bartók, la Sinfonía Nº 1 de Hans-Werner Henze, y el martes 25, Diemecke dirigirá un programa relacionado con el cine: Psicosis (narrativa para orquesta) de Bernard Herrmann, el Concierto para violín y orquesta de Korngold y Alexander Nevsky de Prokofiev. Entre los estrenos y obras poco transitadas estarán, a lo largo del año, De luces, de Claudio Alsuyet, Stele de Kurtág, la Sinfonía Nº 3 de Szymanowski, Janitzio de Silvestre Revueltas, Bachianas brasileiras Nº 2 de Heitor Villa-Lobos, Rítmica ostinata de Juan Carlos Paz, la Sinfonía de Berio, Konzertmusik, Op. 50 de Hindemith y el Concierto para violín y orquesta (in memoriam Luciano Berio) de Fabián Panisello.