Miércoles, 6 de diciembre de 2006 | Hoy
CRONICAS, PROGRAMAS, PELICULAS Y DOCUMENTALES
Un recorrido por las diferentes expresiones de la preocupación por el remate del sur argentino.
El interés de la periodista Leila Guerriero por la ola de suicidios que conmovió al pueblo de Las Heras, en Santa Cruz (a fines de los ’90), iluminó desde la narrativa de no ficción un capítulo policial que habló de un estado de situación de la región y del país más allá del “caso”. En Los suicidas del fin del mundo (2005) recorrió las historias de los 22 muertos (de alrededor de 25 años), iluminando más el panorama de desempleo, falta de futuro y crisis de expectativas que las biografías individuales de las víctimas. La Patagonia de Guerriero pinta al país: desde la fiebre del petróleo de 1921 (cuando Las Heras fue fundado) a la privatización de los recursos en los ’90 (en ese declive se liga a la crónica de Gonzalo Sánchez) con la consecuente crisis de una comunidad. Más reciente, el libro Tierras S.A., crónica de un país rematado (Alfaguara, 2006) permite a los periodistas Andrés Klipphan y Daniel Enz volver a hacer foco sobre la concentración de propiedades en pocos dueños, subrayando que los fondos suelen ser de procedencia dudosa.
La hipótesis es que cada vez más extranjeros se apoderan de las mejores áreas del país. Otra vez, la mirada de los cronistas vuelve sobre Benetton, Tompkins y Turner, aunque aquí también se lista la acumulación de empresarios locales y celebridades variopintas. El mapa excede al caso patagónico, pero lo toma como muestra válida: el procedimiento se repite como modalidad de negocios hasta dar con un alto porcentaje en manos extranjeras. El fenómeno –indica el libro– se percibe con mayor fuerza en la Patagonia y en el Norte, donde se agrupa la mayor cantidad de millonarios extranjeros, con el mayor exponente de la acumulación en el caso del grupo Benetton, que posee casi un millón de hectáreas en la Patagonia. Si la crónica de Sánchez es un recorrido que pone a prueba los consensos unívocos sin avalar en todos los casos argumentos muy arraigados mediáticamente (como el del despojo), Tierras... se presenta como una voz de alerta sobre la pérdida de nuestros recursos naturales.
El foco del documental Sed, de Mausi Martínez, es la pérdida del control del agua, trazando un mapa de la adquisición de tierras que incluyen el dominio de extensiones de agua inmensas como el Acuífero Guaraní (a cargo de Tompkins, que también controla amplias superficies en la Patagonia). Según sus proyecciones, el panorama es aterrador: de la totalidad del agua en el mundo, sólo un poco más del 2 por ciento corresponde a agua dulce, por lo cual cabría tomar a Tompkins y compañía como artífices de adelantados actos de previsión. El punto de vista de la documentalista acompaña las voces más críticas y las denuncias en el ámbito de los Esteros del Iberá, aunque su planteo es extensible al sur, previendo un futuro en el que se lamentaría la falta de regulación del presente.
El nuevo imaginario patagónico –que también abarca al libro de crónicas Falsa calma, de María Sonia Cristoff (2005)– focaliza en pueblos aislados, tomando lo fantasmagórico como síntoma de lo que fue y necesita ser revisado porque, en caso contrario, se eternizarían los ecos de un pasado que ya no existe. “De algún modo –dijo Cristoff a Página/12– ejercen sobre la gente un influjo tan poderoso, generan una atmósfera tan marcada, que terminan funcionando como presencias.” El pueblo fantasma recrea ya no la creencia en vastas superficies deshabitadas abiertas al futuro, un paisaje no colonizado pero promisorio, sino lo que se habitó y se abandonó, en el exacto punto medio entre la resistencia trágica de los vecinos de Las Heras (según Guerriero) y la pérdida o despojo sobre los cuales se interroga Gonzalo Sánchez. Aquí, sólo cabe recordar o reconstruir en base a ruinas o restos de lo que hubo.
Entre los nuevos relatos que reformulan las ideas consolidadas sobre la Patagonia, tal vez –como asegura Sánchez– las versiones que provee la TV sean las más lineales: la excursión del periodista aventurero encuentra siempre la formulación de una colonización revisitada y/o la privación de territorio para los nativos, como reafirmación de la condición de víctimas de un proceso similar al de la balcanización (que sería la constante en este lugar del mundo). Como fenómeno reciente que muchas veces se liga a los hechos posteriores a la crisis de 2001, ocurre en tándem con el fin de la convertibilidad y la instalación del paraíso para el turismo y el boom inmobiliario. Diego Alonso, de La liga, vivió su epopeya cordillerana en un viaje que duró varios días para llegar al lago Escondido de Lewis. Pero Sánchez aclara que antes de que arribara el estadounidense, cuando los dueños eran una familia de paisanos, tampoco se podía pasar.
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