Aunque llegó a ser jefe de residentes de psiquiatría del Hospital Argerich, Peretti ya tiene sobre sus espaldas una extensa carrera televisiva. De hecho, trabajó en las tres productoras más importantes de ficción del país: Pol-ka (Vulnerables, Locas de amor, Campeones), Telefé contenidos (Los simuladores) y ahora en Ideas del Sur (Criminal). Por lo tanto, Peretti se convierte en voz autorizada para analizar la industria televisiva nacional. “El único inconveniente es que está atravesada por la urgencia. Cuanto más previsibles y más pensados, mejores son los proyectos y, por consecuencia, el negocio es mayor”.
–¿Cómo lograr esa previsibilidad para elevar el estándar de calidad?
–Muy simple: todos los ciclos que estamos haciendo para este año hay que empezar a hacerlos el año anterior. Recursos humanos hay, lo que me parece es que falta confiar en la preproducción. Esa frase de que salgamos al aire a ver cómo reacciona la gente es un verso.
–Es no confiar en el producto...
–Totalmente. Lo que muchos no entienden es que apostando al talento se eleva la calidad de los programas y se mejora el negocio.
–Los simuladores es un ejemplo...
–Claro, aunque hubo muchos problemas: el último capítulo salió tres meses después. Pero cada cosa que salía al aire estaba en los guiones. Todos sabíamos con anticipación lo que íbamos a hacer. Los simuladores fue un gran negocio para Telefé. Para nosotros, no tanto. Aprovecho para pedirles gentilmente a los ejecutivos de Telefé si son tan cordiales de enviarnos el regalo prometido por emitir la cuarta repetición. De hecho, cobramos tres meses de contrato, pero laburamos ocho (risas). Aunque hay que decir que nos aguantaron mucho: cada envío se terminaba de editar el mismo día de salida. Una historia quijotesca, pero que valió la pena...