¿Qué pasó este año? Britney Spears salió de la limusina sin bombacha y se le vio lo que tenía abajo de la mini, Michael Jackson debutó en un travestismo armado así nomás y el James Bond de Daniel Craig (foto) salió del agua cual sirena en una acción que les estaba destinada a ellas en Casino Royale. Ahora, este Bond fue elegido como “el hombre más sexy del mundo”, según una encuesta entre cuatro mil británicas que realizó una empresa de preservativos. ¿Los cuerpos que siguen en el listado? Las chicas consultadas determinaron que Clive Owen y Jude Law son los que vienen después. Entre las mujeres más deseadas, el típico ranking de sexies del canal E! Entertainment siguió elevando a estereotipos sexuales (Angelina Jolie, Eva Longoria) en los primeros puestos.

El periodista Cicco, que acaba de editar su primer libro, Yo fui un porno star, cree que el erotismo internacional no estuvo en el cine de masas, sino en la tele de culto. “Lost –señala– tiene los condimentos de una película porno: un grupo de chicas bonitas (las feas no tienen ni diálogo) y chicos modelos (excepto un gordito) perdidos en una isla tras un accidente aéreo. Hay una fugitiva de la Justicia que parece salida de un aviso de crema de enjuague y una ex agente de policía latina que te alborota el machete con sólo verle el sudor. Fue lo más caliente del año: tuvo calor, playa, mujeres sexies y, por suerte, ningún político y ningún cura”. ¿Otros ejemplos? La serie Laguna beach, de MTV, lideró la audiencia del canal para jóvenes narrando affaires entre musculados y tetonas californianos y comandó el destierro definitivo de los videos musicales. De la industria del espectáculo de masas deberá decirse que los clásicos del sex appeal internacional como Brad Pitt, Angelina Jolie y Madonna se corrieron de las típicas coberturas de fotos robadas a cargo de paparazzi al cándido (o polémico) territorio de la adopción de niños africanos. Y que los realities de estrellas (el de Jessica Simpson y su ex esposo Nick Lachey, el de Britney Spears y su ex esposo Kevin Federline...), que prometían trasladar a la tele los códigos zarpados de los videos caseros, ofrecieron más divorcios públicos que escenas privadas.