espectaculos

Miércoles, 3 de enero de 2007

TEATRO

Textual

Charlotte: Cuando tenía casi 40 años, mi madre estaba lavando la ropa, ¿ja? Colgando mis medias y mis ligas en la soga. Se volvió hacia mí y me dijo: “Lotchen, está muy bien que juegues a los disfraces. Pero ya has crecido. Sos un hombre. ¿Cuándo te vas a casar?”. Y yo le contesté a ella. “Nunca, mi querida Mutti. Ich bin meine eigene Frau (Yo soy mi propia mujer)”.

Doug (leyendo): Ese es el informe del Dr. Jorgensen, psiquiatra: “El travesti más conocido de Berlín es, en realidad, una enferma mental. Charlotte von Mahlsdorf sufre de autismo. El modo en que ella relata sus historias es ritualizada y cadenciosa, con menos intención de comunicar contenido que de ofrecer una especie de aseguro rítmico al caos de su psique. Esto es propio de los adultos autistas; la repetición es un paliativo. Las historias de Charlotte no son mentiras per se; son automedicación”.

(Fragmento de Yo soy mi propia mujer.)

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