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En Ambiciones, Belloso y Pecoraro interpretan a Pedro y Lucrecia, respectivamente, un matrimonio que tienen más de diez años de casados. “Es un matrimonio que se adora. Ellos son diseñadores de una empresa textil llamada Ambición. Son como hermanos y, al mismo tiempo, trabajan juntos. Es una pareja muy emocional, tienen debilidades muy concretas: cada cosa que les pasa es un desastre”, comenta la actriz. La trama del ciclo avanza a partir de la puja de poderes que se establece entre los diferentes miembros del clan, pero –fiel al estilo que saben pergeñar Segade y Belatti en sus ciclos– todos los personajes tienen algo ambiguo. “Los autores –dice Pecoraro– trabajan con algo de lo que está pasando hoy. No sólo porque en la trama aparecen la impunidad, la envidia, las traiciones, sino porque tanto como sucede en la vida real, en Ambiciones no se sabe muy bien cómo es la gente hoy. El tipo más simpático se puede convertir en cualquier momento en un turro terrible.” Está claro que, en el mundo según Segade y Belatti, el rostro ya no es espejo del alma. “Describe un mundo bastante feo, pero que no pertenece a una clase social. Es un mundo de intereses y ambiciones que lamentablemente vemos cada día en la realidad. Hoy la gente tiene máscaras, como nunca. Y éstos son todos personajes miserables, con varias máscaras”, apunta Belloso.