A William Shawn *
PARO, Grecia
29 de septiembre de 1958
Estimado señor Shawn,
He querido comunicarme con usted durante todos estos meses de aislamiento; pero en unos días ya me voy, algo triste, sin duda, porque éste ha sido un lugar perfecto para trabajar, y también muy agradable en otros aspectos.
Y ya que hablamos de trabajo, recordará vagamente que en la actualidad estoy escribiendo un artículo titulado A daughter of the Russian Revolution. A mediados de julio tenía acabada una versión que me pareció bastante buena, tanto que casi la envié. Pero leyéndola una y otra vez me di cuenta de que, aunque parecía consistente, no se aceleraba al ritmo adecuado, y tuve que admitir que me había equivocado al elegir una forma inadecuada para esta tarea: necesitaba una línea narrativa recta con saltos adelante y atrás. En cambio, yo había empleado el método de episodios y anécdotas, más fácil, y había surtido efecto. Sin embargo, mi conciencia, esa criatura desagradecida, seguía dando gritos. Pensé: Dios mío, no puedo escribirlo de nuevo; pero sabía que tenía que hacerlo, aunque en el momento en que me enfrenté a ello ya había pasado la mayor parte de agosto.
* Editor de The New Yorker.
A Robert Linscott *
Roma
20 de mayo de 1953
Querido Bob,
Soy Truman, ¿me recuerdas? No me sorprendería en absoluto que mi nombre se te hubiera borrado de la cabeza. Estoy seguro de que merezco ser olvidado, pero he estado muy liado con algún que otro asunto, cuando no en varios a la vez. Acabo de volver de una estancia de un mes en Londres, y el domingo me voy de Roma. He acabado la obra (en cierto sentido), pero primero la quiero dejar reposar y después invertir unas seis semanas en revisarla. Seguramente no habrás ido a ver la reposición de The grass harp; hay gente a la que le ha gustado bastante. Bob, mi novela es en realidad un relato largo, y quiero publicar un volumen de cuentos el próximo invierno o en primavera. Creo que para entonces tendré bastantes. Ahora necesito escribir relatos, en parte porque me interesan y en parte, quizá esto sea lo más importante, porque me estoy adentrando en una nueva dimensión estilística, desarrollando un tipo distinto de temáticas y personajes, y sólo cuando todo esto quede asentado con firmeza en mi cabeza podré realmente empezar una novela. Y tengo una por escribir, pero con los cuentos intento, a modo de ensayo y error, calibrar mis armas.
* Editor de Random House.
A Alvin Dewey III *
Bridgehampton NY
4 de julio de 1964
Querido Dewey,
Tu carta me ha gustado mucho. Contesto a unas cuantas de tus preguntas: sí, Holly Golightly era una chica real, pero los acontecimientos de la historia, o como mínimo la mayoría, son ficticios. A menudo uso a gente “de verdad” en mis obras, y después creo una historia que los envuelva. Casi toda la gente que sale en el libro de Nelle está extraída de la realidad. Mi relato A Christmas Memory es completamente autobiográfico. En cuanto a Other voices, bueno, es un libro muy difícil. En primer lugar, no acaba de ser una novela, sino un largo poema en prosa. El secreto del libro, su significado (que lo tiene) está en las últimas páginas. No te voy a decir cuál es, porque algún día lo verás por ti mismo. Todavía no sabes bastante sobre la vida. Me hablas de los relatos de Evan Hunter. Es un escritor extremadamente mediocre. Ahora bien, no tiene nada de malo que uno se entretenga con prosa de mala calidad (aprecio mucho a un buen número de escritores realmente horribles: Agatha Christie, Ian Fleming, etc.), pero es importante ser consciente del hecho de que son malos. Pero esto es algo que sólo lograrás descubrir conforme vayas progresando en tus lecturas...
* Hijo del detective del crimen de los Clutter, el tema de A sangre fría.
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