Desde 1989, Rodrigo García –licenciado en Ciencias de la Información en su país de origen– dirige el grupo La Carnicería y escribe incansablemente textos que él mismo considera “una sugerencia para creadores y para lectores curiosos, compasivos y siempre en edad de merecer”, textos escritos “deliberadamente en libertad”, materiales para una “azarosa utilización ulterior”, los cuales fueron estrenados tanto en España como en varios países de Europa y Latinoamérica. Se reconoce a sí mismo como un apasionado por las artes plásticas, la gastronomía y el boxeo y se declara convencido de que el viejo modelo teatral “no cumple función alguna, ya no comunica”. Por lo tanto, García pertenece al circuito alternativo madrileño, donde circula un espectador al cual, según sus propias palabras, “le decimos que no se puede estar verdaderamente a gusto en un sistema podrido”.