La disposición que se ha hecho de las mesas y sillas en la platea favorece el contacto con un público que gusta del café-concert o de la velada musical. Un detalle, pero no decisivo en el caso de Carlos Perciavalle, quien dice que el contacto con el público se puede dar a través de la mirada. En su caso se da incluso con un simple gesto de asombro ejecutado con displicencia, tal como se le ha observado en sus presentaciones. Actor de formación clásica, asegura que ésa ha sido su base. A partir de allí puede hacerlo todo: actuar en una drama o una comedia. Lo demostró en sus numerosos shows, entre los últimos Yo Carlos II. Se recuerdan sus participaciones y protagónicos en televisión (con Gasalla y Tato Bores, entre otros) y sus muy personales apariciones en las que lucía un ropaje fabuloso diseñado por Guma Zorrilla, hermana de China. “Gumita ya no está entre nosotros, pero conservo todos los trajes que me hizo en los salones climatizados de mi casa”, apunta. Transcurrió bastante tiempo desde entonces, cuando regocijaba a los televidentes con esos monólogos en los que establecía comunicación con algún famoso de actualidad: funcionario, político o artista. Se lo vio luego en capítulos de la telenovela Los Roldán y se lo verá a fines de octubre en Cantando por un sueño, “sin ánimo de competir –dice–, porque mi deseo es hacer reír para aliviar pesares.”