Jue 11.10.2007
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LITERATURA

Una historia de anuncios y demoras

En la Feria del Libro de 2004, el entonces secretario de Cultura del Gobierno de la Ciudad, Gustavo López, anunció que para fin de ese año se construiría la Casa del Escritor Julio Cortázar, y que se bautizaría así en homenaje a “un paradigma que amplió el mundo literario –dijo por entonces el funcionario– y un ejemplo del compromiso de un intelectual con su tiempo”. El Banco Interamericano de Desarrollo había otorgado, para el reciclado y la renovación del inmueble que ya pertenecía al Estado, un crédito de 483.646,83 pesos. En el Boletín Oficial de septiembre de ese año se anunció la postergación de la apertura de los sobres de ofertas licitatorias y se extendió el plazo de la construcción a 180 días; se aludía, allí, a la “Casa de Lectura Roberto Arlt”. En los planes para 2005, el Gobierno volvió a anunciar la realización de la obra. “Para junio de 2006 –se renovó la promesa, unos meses antes, desde el portal oficial de la ciudad– está prevista la inauguración de un edificio propio en Lavalleja 924”. A cargo de la Dirección del Libro estaba, entonces, Manuela Fingueret. El arquitecto Alvaro Arrese, director general de Infraestructura, declaró que el proyecto data de 2001 y que “por razones burocráticas” se fue demorando. Lo que explica aún mejor aquello de las utopías de la subsecretaria de Patrimonio Cultural. Los folletos anuncian, ahora, cursos, talleres, exposiciones y homenajes para un sitio puesto en funcionamiento a dos meses de la asunción de Mauricio Macri como jefe de gobierno. Justo a tiempo, podría decirse.

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