–¿Cómo logró que Zero incidiera políticamente?

–Una revista sola no logra nada; lo importante es que las características de la opinión pública española cambiaron, con más de un 70 por ciento a favor del matrimonio gay. El activismo logró que los medios facilitaran una corriente progresista, para que no se pusieran en contra. Eso fue llevando a los políticos a creer que nuestros votos serían positivos para quien apostara por los gays.

–¿Tuvo oportunidad de entrevistarse con editores argentinos?

–Cuando veo algunas revistas locales, veo equipos que hacen una revista con algunas resistencias que se deberían vencer. No hace falta sacar siempre modelos que nos encantan a todos, ni un desequilibrio entre estilos de vida y lo político. La revista puede tener una credibilidad y una conciencia que logre vencer la resistencia que hace pensar que no se van a conseguir anunciantes. Hay un complejo de identidades al que no hay que tenerle miedo, se puede cambiar para tratar de favorecer al colectivo, a la suma de ciudadanos. Tampoco a mucha gente le gusta sentirse dentro de un único grupo cerrado.

–¿Se proyecta abrir una filial en Buenos Aires?

–Estamos trabajando en un proyecto para 2009, para que la revista tenga una edición internacional en varios países latinoamericanos, pero no hay nada decidido sobre dónde va a estar ubicada la sede. Es una posibilidad que hasta ahora ha estado bloqueada, pero adquirí el ciento por ciento de la sociedad, y hay una serie de inversores que quieren que nos unamos a algunos medios latinoamericanos. Ha habido muchos rumores, pero queremos encontrar los socios adecuados. Somos un medio en español y queremos dirigirnos al mayor público posible en esa lengua.