Los directores convocados revelan las técnicas de su extraño oficio: construir lo sobrenatural con poquísimo dinero. Lo que les queda es hacer uso de algunas técnicas sólo aptas para conocedores del oficio. A saber:
- La mejor sangre –dicen– es la que surge de la mezcla entre una miel líquida y el jugo de remolacha. “No la van a ver en ninguna producción estadounidense –aclara Bergandi–, pero es de lo mejor que se puede fabricar”.
- Según sostienen los cineastas del trash argento, conviene derivar lo sobrenatural al fuera de campo (el off) para no caer en el efecto especial trucho al que se le ven los hilos, o en “el monstruito maquillado por gente que no es profesional”, dice Bergandi. “Lo mejor –agrega Cintia Martínez– es confiar en la sugerencia que da el sonido, sin imagen de por medio.”
- Colar la realidad en la ficción, compensar a un mal actor con una mueca verdadera de sufrimiento (exponiéndolo al frío o hiriéndolo en su propia piel), condensar toda la filmación en un fin de semana, simplificar las grabaciones en interiores luminosos (para no depender del clima) y enrevesar la trama hasta dar con ese tono que entremezcla el espanto y su propia parodia, son algunas de las claves que se suman a este catálogo del cineasta trash.