Falló el brujo de Cosquín, ese que los organizadores contratan (no es broma) para alejar los nubarrones. El jueves pasado llovió en la plaza, y al cierre de esta edición la jornada se presentaba de lo más mojada. Los más aguerridos, de todos modos, siguieron firmes en las butacas a pesar de la lluviecita fina y molesta del principio, y de las decididas gotas del final. Por la Próspero Molina pasaron momentos interesantes como los que propusieron Suna Rocha, Paola Bernal, Mario Díaz, Jorge Marziali, por ejemplo. Pasó también un momento con algo de mágico, Juan Falú, solito con su guitarra, mostrando por qué hoy por hoy es un referente de su instrumento en la Argentina.

La bonita página extra folklórica estuvo a cargo de Mariano Mores, que en su colorido estilo recorrió muchos de sus clásicos (siendo el autor de tantos grandes temas del cancionero, tiene para elegir) en un espectáculo que incluyó imágenes de su vida, bailarines, cantantes y un cierre a toda orquesta con una gran bandera argentina de fondo. A Lucía Ceresani, una muy buena exponente joven del folklore bonaerense, le tocó bailar con la más fea: la mandaron a hacer tiempo bis tras bis esperando para que los técnicos de Raly Barrionuevo pudieran rearmar el escenario. Es que a último momento se rompió el plato giratorio del escenario, y hubo que desarmar y volver a armar en tiempo record. Finalmente, el santiagueño llegó para cerrar la velada a pura chacarera. Para hoy, la noche promete, entre otros, a Mercedes Sosa, Víctor Heredia con Pedro Aznar y Jorge Fandermole, Suma Paz, Luis Salinas, Pancho Cabral, Franco Luciani, Luna Monti y Juan Quintero.