Selva Almada cuenta que escribió muy poca poesía, pero el primer libro que publicó fue el poemario Mal de muñecas (Editorial Carne Argentina). “Soy más narradora que poeta. Aunque me gusta mucho leer poesía, me parece un género muy difícil. La poesía te exige tener una mirada muy precisa del mundo. La narrativa no exige tanta minuciosidad”, plantea Almada, que dirige la editorial Carne Argentina, junto con Alejandra Zina y Osvaldo Rodríguez. En el catálogo conviven el cuento, la poesía y el ensayo con títulos como el poemario Bienamado, de Julián López; los cuentos de Lo que se pierde, de Zina, y miLclAvados, de Natalí Tentori, y el inclasificable Manual Sadomasoporno, de Alberto Laiseca, entre otros. Almada está escribiendo un cuento para una antología sobre fútbol. “Transcurre en Paraná y es sobre las chicas que salen con futbolistas, pero siempre como estilo aprovincianado, nunca una Wanda Nara. Serían botineras de pueblo, que trabajan en un peladero de pollos.”