Estudió teatro y terminó siendo directora de cine. ¿Qué pasó en el medio?

–El tema de la dirección llegó por una decantación de un montón de cosas. Siempre escribí cuentos, no guiones. El tema de la escritura era algo importante. El tema de la actuación era algo que siempre me interesaba. Pero también, si lo pienso hoy, había algo en la manera en que yo encaraba el trabajo actoral: me interesaba más pensar las puestas que actuarlas. Eso es algo que estuvo siempre. Después, el trabajo mismo y empezar a filmar y hacer cortos me fue llevando. Se fue juntando esta idea de escribir, actuar y del trabajo en sí mismo. Fue parte de un proceso. La necesidad de narrar, observar y de contar fue decantándose.