–No se me ocurre nada –dijo el Comisario Inspector–. Tanto Edgar Anzil como Eduardo Felizia se han explayado bastante.
–No sé si el verano, y especialmente un verano como éste es apropiado para la filosofía –dijo Kuhn–, hasta a mí se me están nublando las ideas.
–Como siempre –dijo el Comisario Inspector–, como siempre, mi querido Kuhn. Un gran idea –los paradigmas y las revoluciones científicas– y toda una vida tratando de justificarla. Reconozco que tener una gran idea por vida es un buen promedio, muy por encima de la media, pero me pregunto por qué no seguir teniendo ideas, en vez de aferrarse a ellas.
–Es el misterio de la existencia humana –dijo Kuhn–. Ocurre que uno nunca sabe si se le va a ocurrir una nueva idea que valga la pena.
–A propósito de ideas –dijo el Comisario Inspector– lo que se observa, por lo menos según las cartas que recibimos, es que predomina en nuestro lectores un dualismo que le habría encantado a Platón: por un lado, tenemos el mundo sensible, y por otro lado las ideas matemáticas.
–Bueno –dijo Kuhn– pero ellos exponen una conclusión diferente: no dicen que las ideas existan, sino que se trata de abstracciones humanas.
–Pero hay sólo un paso –dijo el Comisario Inspector–, o por lo menos eso creo. Es un tema que me gustaría discutir.
–Y vale la pena –dijo Kuhn– pero ahora me gustaría proponer un enigma que enviaron a “Final de Juego”.
–Bueno –dijo el Comisario Inspector–. Veamos.
–Es así –dijo Kuhn–. La edades actuales de Carlos y Enrique suman 91 años. Carlos es ahora el doble de viejo de lo que era Enrique cuando Carlos tenía los años que ahora tiene Enrique. ¿Cuáles son las edades de Carlos y Enrique?
–Mmmmm... –dijo el Comisario Inspector– para los criterios límpidos y elegantes de la policía.
–El mundo es así –dijo Kuhn– no todos pueden vivir en el mundo policial de las ideas.

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿El sentido común es platónico? ¿Y qué edades tienen Carlos y Enrique? ¿Y qué diría Platón?