Sábado, 3 de julio de 2010 | Hoy
PALEOCLIMA
Hace 700 millones de años, la Tierra estaba habitada sólo por seres microscópicos. Pero luego de un evento conocido como Tierra Bola de Nieve vemos la aparición de los primeros animales. Durante esta súper glaciación el mundo estuvo cubierto por el hielo, incluso en el Ecuador, y los científicos se preguntan si tuvo que ver con la evolución de los animales.
Hace 700 millones de años, nuestro planeta era muy diferente de lo que es hoy en día, incluso su relación con el resto del Sistema Solar, la Luna incluida. Para comenzar, los continentes que hoy reconocemos sobresaliendo del mar tenían una forma muy diferente, y estaban ubicados en otras regiones. El clima también era distinto: podemos decir que era el opuesto total al que vemos en la actualidad.
Para los humanos de hoy puede resultar increíble que la Tierra haya estado cubierta de hielo. Nuestra especie se ha enfrentado a glaciaciones en su historia evolutiva; la última de ellas, y la más fuerte que ha visto, tuvo su punto más frío hace 18 mil años, momento en que los hielos cubrieron gran parte de Europa y también Norteamérica hasta la altura de la actual Nueva York.
Pero esta glaciación palidece en comparación con las que ocurrieron en el período geológico conocido como Neoproterozoico, que terminó hace unos 600 millones de años. Obviamente no existían humanos en aquellos tiempos, ni primates ancestros nuestros, ni mamíferos, ni animales de ningún tipo.
La vida antes de esas súper glaciaciones conocidas como Tierra Bola de Nieve era microscópica. Luego de las glaciaciones, la vida multicelular se diversificó de una forma tan rápida que al período se le dio el nombre de Explosión Cámbrica. Claramente, cuando hablamos de velocidad lo hacemos en términos geológicos, ya que la mentada explosión ocurrió entre 575 y 525 millones de años atrás.
En las últimas décadas se vienen descubriendo evidencias en rocas de alrededor de 700 millones de años de antigüedad que apuntan a la presencia de glaciares inmensos y en crecimiento, ubicados en latitudes ecuatoriales y al nivel del mar.
Con que hubiese glaciación a unos 30 grados del Ecuador, los geólogos creen que ya el resto del mundo debería haberse congelado rápidamente. Esto se debe a que el hielo y la nieve reflejan la luz del sol; así la radiación solar, o sea el calor, no es absorbida sino rechazada hacia el espacio.
Sin ese calor solar la temperatura mundial bajó mucho. Hoy en día ocurre lo contrario: al perder cada vez más superficie con hielo y nieve en los polos y en las altas cumbres, aparece la tierra oscura que absorbe el calor del sol en vez de reflejarlo, lo que vuelve cada vez más veloz el calentamiento global.
Recientemente, científicos de la Universidad de Harvard han publicado un estudio en Science que presenta evidencias de glaciares en el Ecuador hace 716 millones de años; y no a 5 mil metros de altura como puede llegar a existir hoy en día sino al nivel del mar. Son parte de la glaciación que se conoce con el nombre de Sturtian, y que ya hace años se creía que podría haber sido una de las que se volvieron globales.
Un equipo liderado por Francis Macdonald descubrió pruebas claras de que esta glaciación duró al menos unos 5 millones de años. Las rocas que estudiaron están actualmente en Canadá, pero hace 700 millones de años ese territorio estaba ubicado muy cerca del Ecuador.
Terremotos como los recientes de Haití o Chile son el reflejo del movimiento de las placas continentales. Un movimiento lento que a lo largo de millones de años puede hacer que los continentes cambien de forma y de ubicación con respecto a los polos geográficos.
Gracias al magnetismo y a la composición de las rocas, los geólogos pueden dar cuenta de la antigüedad que tienen y dónde estaba ubicado el Polo Norte magnético en aquella época. Así pudieron fechar esta formación rocosa del Yukón canadiense en 716 millones de años, y localizarla en el trópico, a 10 grados de latitud norte, o sea donde hoy está la costa caribeña de Colombia o Venezuela.
Se cree que por esa época la mayoría de los continentes estaban ubicados cerca del Ecuador, o en los trópicos. Esta configuración inusual podría haber precipitado la del evento Bola de Nieve, según algunas teorías.
Esto es porque cuando los continentes están cerca de los polos, como en la actualidad, el dióxido de carbono en la atmósfera se mantiene en concentraciones lo suficientemente altas como para mantener cálido al planeta. Cuando las temperaturas globales bajan lo necesario como para que los glaciares cubran los continentes de latitudes más altas, como por ejemplo la Antártida o Groenlandia, las placas de hielo previenen la erosión química de las rocas bajo el hielo.
Esto evita que el dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero, quede atrapado en las rocas por esa misma erosión, entonces se estabiliza en la atmósfera a un nivel lo suficientemente alto como para prevenir que las placas de hielo avancen.
Pero si los continentes se ubican en los trópicos, permanecerían libres de hielos por más que el planeta se vuelva cada vez más frío y, al estar libres de hielo las rocas, el dióxido de carbono seguiría siendo atrapado y no habría freno para que los hielos marinos crezcan y crezcan.
Antes hablamos de que ya existía la vida compleja en nuestro mundo hace 700 millones de años. Existían lo que se conocen como eukariotas, organismos compuestos por una o más células eucariotas, o sea, con núcleo.
Todos los seres vivos que existen en la actualidad pertenecen al dominio Eukarya, que luego se divide en cuatro reinos, dos de los cuales son las plantas y los animales. Pero hace 700 millones de años no existía tal distinción, sólo había seres multicelulares, pero no animales.
Las primeras evidencias de animales aparecen justo después de estas glaciaciones globales. Por eso los científicos se preguntan qué ocurrió con la evolución de estos seres vivos durante los 5 a 10 millones de años en que el planeta pudo haber permanecido cubierto de hielo.
Si bien los mares pudieron haberse congelado, desde el fondo oceánico subían gases que evitaban la congelación total del agua, y la luz solar llegaba al agua en algunas zonas. El hielo también era dinámico, rompiéndose con las mareas creadas por una Luna más cercana a la Tierra, o abriendo parches donde existían volcanes, proveyendo así de un refugio para la vida.
En teoría se cree que durante este evento de Tierra Bola de Nieve casi toda la vida debe haber muerto. Pero gracias a los volcanes existieron estos refugios, y también gracias a ellos fue que el planeta cambió y se quitó de encima la cobertura de hielo.
El dióxido de carbono que liberaban se acumuló a niveles record en la atmósfera ya que, al estar todo cubierto de hielo, no había rocas ni nada que consumiera o capturase este gas. Hoy sabemos que es un gas que al existir en exceso produce efecto invernadero, razón por la cual en la actualidad estamos sufriendo el calentamiento global.
Si hoy nos parece mucho, hace unos 600 millones de años fue peor: la Tierra pasó de ser una pelota de hielo a ser un hervidero en un período de no más de algunos siglos. Geológicamente se lo podría calificar de trepidante.
Parece algo improbable, pero no lo es. Hoy tenemos ejemplos de estos extremos en nuestro Sistema Solar: Venus con su súper efecto invernadero y temperaturas increíblemente altas; y Encelado, luna de Saturno, totalmente cubierta por el hielo, que de hecho es la que se cree podría albergar vida extraterrestre bajo aquella capa helada, como lo hizo la Tierra hace 700 millones de años.
Ese frío extremo seguido del súper invernadero le produjo un estrés severo a la vida en nuestro planeta, que desde una perspectiva evolutiva no tiene por qué haber sido malo. Algunos científicos creen que estos eventos podrían haber estimulado la evolución y el origen de los animales.
No se sabe con exactitud qué fue lo que causó la glaciación que llegó a cubrir todo el planeta, pero gracias a ella podría ser que algunos millones de años después se produjese una de las más grandes explosiones de vida que se vio en la historia evolutiva de la Tierra: la Explosión Cámbrica.
Caracterizada por un aumento de organismos multicelulares en el registro fósil, entre los que se destacaron los metazoos, los primeros animales, que luego de cientos de millones de años derivarían en ustedes que están leyendo.
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