La Vostok 1 que llevó a Yuri Gagarin al espacio fue la primera nave espacial de una exitosa dinastía. Media docena de extraordinarias máquinas que les dieron a los soviéticos una absoluta supremacía en los inicios de la Era Espacial. Las Vostok (“Este”) fueron precedidas por cinco Korabl Sputnik (“Nave Satélite”), en las que viajaron animales y hasta un maniquí, y que sirvieron para probar cohetes y cápsulas, y ensayar maniobras de lanzamiento y regreso a la Tierra. Los poderosos cohetes de la Vostok eran misiles balísticos modificados, y podían llevar al espacio cargas de 4,5 toneladas (algo que, por entonces, no podía hacer ningún cohete estadounidense). Esa capacidad de carga permitió poner en órbita a las pesadas naves Vostok, que tenían una gran cabina esférica (de 2,3 metros) que alojaba cómodamente al cosmonauta (sentado en un asiento con sistema de eyección, para el descenso), el panel de control, equipo de soporte vital, provisiones, cámaras y radio. Esa bola metálica, con tres ventanales, estaba recubierta de material aislante para soportar el tremendo calor del reingreso a la atmósfera. Junto a ella, iba pegado un “módulo de equipamiento” cónico. Y ambos, a su vez, estaban acoplados al “módulo instrumento” con motores y combustible. Las Vostok eran maravillas de la tecnología espacial de hace medio siglo. Y a bordo de estas maravillas, los cosmonautas soviéticos lograron hitos inolvidables: primero, claro, el vuelo de Gagarin, en la Vostok 1. Inmediatamente después, le llegó el turno a Gherman Titov (que había sido el cosmonauta de reserva de Gagarin). A comienzos de agosto de 1961, Titov, miembro del Partido Comunista, permaneció un día entero en el espacio en la Vostok 2. Tuvo control manual de la misión (a diferencia de Gagarin, que hizo un vuelo automático), y hasta se dio el gusto de comer pastas en órbita, y dormir una larga siesta cósmica. Las Vostok 3 y 4 fueron lanzadas el 11 y 12 de agosto de 1962. Fue la primera misión espacial doble: Adrian Nikoleyev y Pavel Popovich volaron alrededor de la Tierra a sólo seis kilómetros uno del otro. Y luego, la primera mujer en el espacio: el 14 de junio de 1963, Valentina Tereshkova viajó en la Vostok 5. Y dos días después, Valery Bykovsky partió en la Vostok 6, completando otra aventura espacial doble, y un nuevo record: Bykovsky dio 81 vueltas a la Tierra, durante su misión de 5 días. La mayor permanencia en órbita de una nave con un solo tripulante en toda la Era Espacial. La dinastía de las Vostok abrió nuevos horizontes para la cosmonáutica soviética, que en los años siguientes logró nuevas proezas: el viaje de la Voskhod 1 (1964), con tres tripulantes; la primera “caminata” espacial de la historia, de Alexei Leonov en la Voskhod 2 (1965); y la primera estación orbital, la Salyut 1 (1971). Toda una era dorada que finalizó, junto con la propia URSS, con la enorme, tosca y tan querible Mir, aquella fortaleza espacial que permaneció quince años en órbita (1986-2001), y recibió a más de cien tripulantes de distintos países.
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