LOS INICIOS DE TRES GRANDES EMPRESAS DEL MUNDO DE LA TECNOLOGIA
Si nos guiamos por el estereotipo de Hollywood y la televisión, en Estados Unidos todas las casas tienen un garaje bien equipado. Estos garajes funcionan como templos dedicados al culto del “hágalo usted mismo”, con las herramientas como iconos y Mecánica Popular como texto sagrado. Y es ahí donde muchas empresas comenzaron a funcionar.
› Por Claudio H. Sánchez
En 1938 un hombre llamado William “Bill” Hewlett alquiló un garaje en Palo Alto, California, detrás de la casa de su amigo Dave (David Packard), quien había sido su compañero en la Universidad de Stanford. Con unas cuantas herramientas usadas y algunos dólares por todo capital, comenzaron a fabricar instrumentos electrónicos. Así nació Hewlett Packard, una de las principales empresas de tecnología.
Su primer producto fue un oscilador de audio al que llamaron HP 200. Debería haber sido el HP 01, pero le pusieron 200 para dar la impresión de que llevaban varios años en el mercado. La empresa recibió su primer espaldarazo cuando Walt Disney compró ocho de estos osciladores para ser usados en pruebas de sonido para la película Fantasía, estrenada en 1940.
Hewlett Packard desarrolló un sistema de gestión que fue imitado por decenas de empresas en todo el mundo. Su idea central es que “todo el mundo en la organización quiere hacer un buen trabajo”. Los empleados son alentados a discutir sus problemas con los gerentes sin miedo a burlas o represalias de sus compañeros. Además, fue precursora en los Estados Unidos en la adopción del horario flexible.
La empresa creó, directa o indirectamente, muchas innovaciones tecnológicas de nuestro tiempo. En los años ’70 la calculadora programable HP 41 era lo más parecido a una computadora personal que se podía conseguir en esa época y fue usada como computadora de a bordo en las primeras misiones del trasbordador espacial Columbia. Las impresoras láser y de chorro de tinta también son desarrollos originales de HP.
Packard murió en 1996 y Hewlett en 2001. Desde 1987 el pequeño garaje donde comenzó todo fue incluido en el Registro Nacional de Lugares de Interés como “lugar de nacimiento de Silicon Valley”, donde se encuentran las principales empresas de electrónica y donde se desarrolla la tecnología más avanzada del mundo. El garaje fue restaurado por la compañía en diciembre de 2005.
Dave Hewlett jugó un papel importante en la historia de otra gran empresa de tecnología, que también comenzó a funcionar en un garaje. En los años ‘60 le pasaron la llamada de un chico de doce años que necesitaba ayuda para un proyecto de electrónica. A Hewlett, que ya era una leyenda en la historia de la tecnología, le impresionó la iniciativa del chico y habló con él durante veinte minutos. Al terminar, el chico había conseguido dos cosas: las piezas que necesitaba para completar su proyecto y un trabajo asegurado en Hewlett Packard. El chico era Steve Jobs, quien años más tarde fundó Apple Computers, la empresa más innovadora en materia de computación personal.
Mientras tanto, otro Steve (Wozniak) era uno de los miembros más activos del club de electrónica de su barrio y a sus trece años ya construía calculadoras electrónicas muy avanzadas para la época. Para Wozniak era un pasatiempo, pero sus amigos empezaron a pedirle que les enseñara a construir más calculadoras.
Wozniak y Jobs se conocieron en el club y, en 1975, construyeron una computadora primitiva que llevaron a Hewlett Packard y a Atari, donde entonces trabajaba Jobs. Ninguna de las dos empresas se interesó en la idea de una “computadora personal”, por lo que Jobs y Wozniak decidieron fundar su propia empresa y fabricar la computadora ellos mismos.
Jobs vendió su camioneta Volkswagen, Wozniak hizo lo mismo con su calculadora programable HP y ambos se instalaron en el garaje de Jobs, cuyo padre debió desmontar su taller de restauración de automóviles para hacer lugar a las herramientas de los dos chicos.
La empresa que fundaron se llamó Apple, por la fruta preferida de Wozniak. Además, usaron como logo una manzana mordida, lo que planteaba un juego de palabras con “byte”, que en inglés quiere decir mordisco.
Es difícil decir quién inventó la computadora personal porque, como ocurre en estos casos, una cosa tan compleja es obra de muchas personas a lo largo del tiempo. Pero sí se puede decir que Apple creó el concepto de computadora personal: la idea de que podía haber una computadora en cada casa tal como hay un televisor, un teléfono o una heladera. Y que las computadoras tenían que ser tan fáciles de usar como un televisor, un teléfono o una heladera. Aún hoy, muchos usuarios de PC miran las computadoras Apple como juguetes. Pero, de alguna manera, todos son hijos de una revolución que nació en el garaje de la familia Jobs en 1975.
Amazon.com es uno de los portales de ventas por Internet más importantes del mundo. Y también comenzó a funcionar en un garaje.
En 1994, Jeff Bezos renunció a su trabajo en Shaw & Co., una compañía de inversiones de Wall Street, y se estableció en Seattle, en la costa oeste de Estados Unidos (la misma ciudad donde tiene su sede Microsoft). Tenía en la cabeza la idea de crear una empresa para vender libros a través de, la por entonces recién nacida, Internet.
En realidad, la idea no tenía nada de original. Se trataba de aplicar Internet a una institución tradicional en Estados Unidos: la venta por correo. Desde mediados del siglo XIX, las grandes tiendas de la costa este imprimían y distribuían por todo el país enormes catálogos con el detalle de sus productos: ropa, herramientas, utensilios de cocina, juguetes. Los clientes seleccionaban los artículos que querían comprar y hacían los pedidos que el correo entregaba semanas más tarde.
Así fue que, en medio del boom de las puntocom de los ’90, Bezos instaló en su garaje una computadora como servidor, un modem y un pequeño depósito y se sentó a esperar. Al principio, un timbre anunciaba cada vez que se hacía una venta. En pocos días tuvo que desconectar el timbre, porque no paraba de sonar.
Además de libros, la empresa incorporó poco después otros artículos como discos, películas y software. Pero, aunque las ventas crecían verticalmente, lo mismo hacían los costos, y Bezos tuvo grandes pérdidas durante los primeros cinco años. Hacia el año 2000 la empresa redefinió su estrategia. Recortó costos, adoptó el software libre, ofreció suscripciones, comenzó a vender artículos usados y cerró convenios con otras empresas para vender sus productos. Así, revirtió la curva de pérdidas y la empresa comenzó a dar ganancias en 2002.
En 2005 la empresa celebró su décimo aniversario de manera no convencional: contrató a famosos de Hollywood, la televisión y el deporte para hacer entregas especiales a clientes seleccionados por sorteo. Así, alguien que compró la colección completa de La guerra de las galaxias recibió su pedido de manos de Harrison Ford. Y a Ana Kournikova le tocó entregar un par de zapatillas deportivas.
Gracias al éxito de Amazon, Bezos es hoy uno de los hombres más ricos del mundo. Su fortuna le permitió el capricho de financiar viajes espaciales privados. Por poco perdió el premio Ansari X, otorgado a la primera nave espacial privada, que finalmente se llevó la nave SpaceShipOne, financiada por Paul Allen, cofundador de Microsoft. Pero Bezos sigue en carrera y se propone construir la primera estación espacial privada. Tal vez los planos de esa estación cuelguen ahora en las paredes de algún garaje que dentro de algunos años sea declarado lugar histórico.
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