EL ESPERADO PANSTARRS Y EL SORPRENDENTE LEMMON: OBSERVABLES A SIMPLE VISTA, Y TODO UN ESPECTACULO CON BINOCULARES
Dos cometas visibles a ojo desnudo al mismo tiempo. Hace casi una década que no pasaba algo así. Y por si fuera poco, uno de ellos es el más brillante desde 2007. Un viejo conocido, cuya actual visita habíamos anticipado hace varios meses en estas mismas páginas: el cometa PanSTARRS.
› Por Mariano Ribas
Ya habíamos anticipado hace varios meses en estas mismas páginas la visita del cometa PanSTARRS (ver Futuro del 29/9/12). Allí contábamos los detalles de su hallazgo, su perfil orbital, las primeras observaciones, y las perspectivas de lo que vendría. Por entonces, ya se sabía que todo estaba dado para que este helado visitante de las profundidades del Sistema Solar diera, al menos, un digno show en estos días. Y así es: desde hace una semana, el C/2011 L4 (tal su entrada de catálogo) puede verse fácilmente a simple vista en el cielo del anochecer. Incluso, en los cielos urbanos. Pero, como veremos, se ubica a muy baja altura sobre el horizonte. Y no por mucho tiempo más: será verlo ahora, o nunca.
Lo que nadie sabía hace unos meses es que marzo de 2013 también nos traería otro cometa brillante: el Lemmon (C/2012 F6), toda una revelación que en las últimas semanas también ha logrado alcanzar el preciado –y poco común– rango de “cometa visible a simple vista”. Lo que sigue es una pequeña guía para salir al encuentro de estas dos “bolas de nieve sucias”. La esperada y la inesperada. Vaya buscando un lugar al aire libre, con cielo bien abierto. Y si tiene a mano unos buenos binoculares, mucho mejor.
El cometa PanSTARRS fue descubierto el 5 de junio de 2011. Y su extraño nombre tiene una explicación: fue detectado por uno de los instrumentos que forman parte del Panoramic Survey Telescope and Rapid Response System (“Telescopio de Rastreo Panorámico y Sistema de Respuesta Rápida”), un programa de patrulla celeste –destinado a detectar asteroides y cometas potencialmente peligrosos para la Tierra– que funciona en la cima del Monte Haleakala, en Hawai. Pocos días más tarde, los astrónomos ya sabían que el cometa no sólo tenía una inmensa órbita parabólica, sino que, en marzo de 2013, el PanSTARRS se acercaría considerablemente a la Tierra, y aún más al Sol. Por lo tanto, tenía buenas chances de convertirse en un objeto brillante en los cielos de nuestro planeta.
A comienzos de febrero, el cometa comenzó a verse al amanecer con la ayuda de binoculares. Y no estaba nada mal (ver foto del 11/2/13). Y ahora llegó la hora de la verdad: el pasado miércoles 6, el C/2011 L4 ubicó a su mínima distancia de la Tierra (163 millones de kilómetros). Y mañana domingo, alcanzará su perihelio –su mínima distancia al Sol– a tan “sólo” 45 millones de kilómetros de nuestra estrella (más cerca, incluso, que el propio Mercurio). ¿Y qué pasó? En pocas palabras: el PanSTARRS cumplió. Más allá de las diferentes predicciones, y de las diferentes “curvas de brillo” (basadas en las laboriosas observaciones visuales directas, realizadas principalmente por astrónomos amateurs), lo concreto es que desde hace algo más de una semana el cometa brilla con una magnitud visual de 2 (o quizás unas décimas más). No llega a ser un verdadero “Gran Cometa” (de los que hay pocos por siglo), pero estuvo cerca.
El show del PanSTARRS será muy breve: sólo nos quedan unos días más para verlo. Y luego, sólo será visible desde el Hemisferio Norte (desde donde era invisible hasta ayer o anteayer). Hoy y mañana, hacia las 19.45 (media hora después de la puesta del Sol), se ubicará a 6 o 7 grados sobre el horizonte del Oeste. Por eso será fundamental contar con una visual libre de obstáculos en esa dirección. A ojo desnudo, el cometa parece una manchita borrosa perdida en el azulado cielo crepuscular. Mucho más fácil de ver en el campo que en la ciudad. Pero con binoculares, luce maravilloso. Bastante parecido a esta otra foto, que tomamos el domingo pasado desde una terraza del muy porteño barrio de Boedo. Con el correr de los días, el C/2011 L4 irá perdiendo altura poco a poco. Hasta que lo perdamos definitivamente el próximo miércoles o jueves. Así que hay que apurarse.
Mucho más tiempo, en cambio, tenemos para ver al otro integrante de este insólito dueto cometario: el C/2012 F6, más conocido como Lemmon. Justamente: fue descubierto el 23 de marzo de 2012 por el astrónomo Alex Gibbs, en Tucson, Arizona. Por entonces, el cometa sólo era un escuálido punto de luz de magnitud visual 20,7. Técnicamente, nada. Al poco tiempo, los científicos trazaron su colosal y excéntrica órbita, que en su punto más lejano lo deja a casi 1000 veces la distancia Tierra-Sol y que en su perihelio lo traerá a sólo 110 millones de kilómetros de nuestra estrella.
Pero resulta que entre diciembre del año pasado y febrero de este año, a medida que se acercaba más y más al Sol (y a la Tierra), el C//2012 F6 mostró un muy marcado y sostenido aumento de luminosidad. A punto tal que muchos astrónomos aficionados comenzaron a verlo a simple vista en los primeros días de febrero (cuando alcanzó su mínima distancia de nuestro planeta), con una magnitud visual de 5,5. Actualmente ha triplicado ese brillo, rozando la magnitud 4 (cada punto de magnitud visual marca una diferencia de brillo de 2,5 veces). De hecho, ya es un astro bastante fácil de ver en los cielos rurales (pero no aún en las grandes ciudades). Sorprendente, inesperado, y sin tanto ruido previo, el Lemmon también espera que salgamos a mirarlo.
Tras pasearse por la parte más austral del cielo durante enero y febrero, recorriendo las constelaciones de Centauro, Cruz del Sur, Camaleón, Octante, Tucán y Fénix, el cometa Lemmon está actualmente entrando a la región de Escultor. Y a sólo 30 a 40 grados al Sur del PanSTARRS (que está visitando la constelación de la Ballena). En las próximas noches, hacia las 20.30, se ubicará a 20º sobre el horizonte del Sudoeste. Pero cada noche irá perdiendo altura. Y si bien es cierto que en el campo se ve a ojo desnudo como un manchón bastante “sospechoso”, sólo con la ayuda de binoculares podremos ver su inconfundible carácter cometario: el Lemmon muestra una cola de 2 o 3 grados de largo. Y algo más: sin llegar al color que vemos en las fotos, veremos que la “coma” del cometa (su “cabeza”) tiene un tono gris-verdoso.
El pico de brillo del C/2012 F6 se espera para el 21 de marzo. También en torno de esa fecha comenzará a verse tanto al anochecer como al amanecer. A fin de este mes, sólo será visible antes de la salida del Sol. Con el correr de abril, aparecerá cada vez más alto, pero empalideciendo poco a poco, a medida que se aleja del Sol y de la Tierra.
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