Una buena idea se ha puesto en marcha. Buena, sobre todo por la practicidad que supone para la comunidad científica encontrar virtualmente todo en un lugar. Es que la Secretaría de Ciencia y Técnica ya puso en funcionamiento el portal “Biblioteca Electrónica de Ciencia y Tecnología” (www.biblioteca.secyt.gov.ar) con el propósito de mejorar el acceso a las fuentes de información, justamente, científico tecnológica.
Arturo Aran, jefe de gabinete de la Secyt e impulsor de la idea, junto con el secretario de Ciencia y Técnica, Julio Luna, dialogó con Futuro sobre el portal.
–Cuéntenos sobre el proyecto.
–Bueno, para la comunidad científico tecnológica, el acceso a la información bibliográfica y las revista especializadas es fundamental. En Argentina se compran...
–Se compraban, suponemos.
–Bueno, ése es también el asunto, se compraban las principales publicaciones científicas. Los grandes compradores son fundamentalmente la UBA, que gastaba 2 millones de dólares por año, el Conicet, con un millón, y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), con cerca de 600 mil. Después venían algunas universidades.
–Aun ahora, con el dólar como está...
–Esto pasaba hace un par de años. Este año no compraron nada, porque el presupuesto no alcanzó para nada.

Como seguir
–¿Cómo siguió todo?
–En febrero de este año, en una reunión con funcionarios de Brasil, ellos ofrecieron acceder en forma gratuita a una base de datos preferencial que se llama “web of science” que es uno de los elementos de un portal que tiene Brasil. Es muy importante porque tiene las principales publicaciones periódicas. Y tiene un portal con 2400 títulos de texto completo, de los principales editores del mundo y a su vez tienen “Web of science”, es decir, bases de datos referenciales, que son información de resúmenes de las principales publicaciones, con los datos con temas e investigadores; permiten rastrear por investigador y temas, de modo más ágil que en revista papel, a través de un portal electrónico que permite ubicar todos los datos.
–¿Hace mucho que Brasil tiene este sistema?
–Y, sí, Brasil lleva unos cuantos años desarrollándolo... Ellos tienen una política muy interesante de centralizar las compras. En Brasil hay una fundación llamada Capes (Coordinación de Perfeccionamiento del Nivel Superior) que logró unificar el presupuesto de cada institución para centralizar las compras, para poner todo el material en el portal a disposición de todos.
–Y ésa es la idea.
–Esa es la idea. Cuando en Argentina nos encontramos con esta situación, con la dificultad en las compras, pensamos en reproducir la experiencia brasileña. El BID (Banco Interamericano de Desarrollo) aceptó utilizar tres millones de dólares (tenemos un crédito de 100 millones).
–¿Tres millones es mucho o es poco para esto?
–Brasil gasta 16 millones anuales para mantener el portal.

La organizacion
–¿Cómo se organizó todo?
–Nosotros formamos una comisión con los principales usuarios: la UBA, el Conicet y de la CNEA, e hicimos un orden de prioridades para poder hacer lo mismo que Brasil: democratizar, que puedan acceder las principales universidades si podemos financiarlos.
–¿Cómo se va a llamar el portal?
–Biblioteca Electrónica de Ciencia y Tecnología.
–¿Y cuándo va a estar funcionando?
–Ya está funcionando. Desde el jueves pasado.
–¿Y qué hay, para empezar?
–Empezamos por una de las editoriales científicas más importantes del mundo, Elsevier, que tiene 1600 títulos. Bueno, lo negociamos, y al final conseguimos que por un millón y medio de dólares, nos diera acceso completo hasta fin de 2003. Logramos que estén habilitados 40 nodos en el país: las 36 universidades, más el Conicet, el Inta, el Inti y la CNEA. Con una ventaja adicional en la forma de contratar: cada institución, aunque esté distribuida, como por ejemplo la Universidad Tecnológica Nacional, o el INTA, es considerada como un solo nodo, lo cual abarató el costo total.
–¿Qué se va a poder ver ahí?
–Ya tenemos Elsevier y sus 1600 publicaciones, que están disponibles desde el jueves, y que requieren un buen uso, porque el proveedor controla que, por ejemplo, no haya utilización comercial y una serie de otras condiciones que impone el contrato en relación con la propiedad intelectual, por ejemplo. Lo otro que se va a contratar es una base de datos referenciales, y después se piensa hacer con la “web of science”.
–¿Quiénes son los destinatarios?
–En el portal hay referencias e información gratuita, y lo van a poder consultar las instituciones habilitadas, los investigadores, profesores, docentes, becarios, investigadores, estudiantes de grado y de posgrado, dentro de las computadoras habilitadas por cada una de los centros y en forma gratuita.
–¿Qué va a pasar cuando haya que pagar otra vez?
–Es verdad, como nos decía el mismo BID, ¿a partir del 2004 qué? Hasta fin de 2003 lo financia la Secyt...
–¿Y después?
–Dentro de la Secyt existe el Consejo Interinstitucional de Ciencia y Técnica, y en ese Consejo están representadas todas las universidades nacionales y todas las principales instituciones de ciencia y técnica como el Inti, Inta, etc. está todo. Lo que planteamos es una resolución que crea una subcomisión de gestión que asegure la continuación del portal. Hasta ahora, en todos los presupuestos, existían partidas importantes para la compra de revistas. La idea es que a partir del 2004 se pida una partida específica para el mantenimiento del portal, que englobe los presupuestos de cada institución.
–¿Cuál es la posibilidad de sustentabilidad?
–Cuando esté en la mano de los investigadores y docentes, ya no se les puede sacar y el presupuesto va a aparecer.