Además de doctor en medicina y profesor de fisiología celular y molecular del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados de México (donde vive desde 1976), Marcelino Cereijido de vez en cuando se pone el guardapolvos de pronosticador. No meteorológico, sino de aquellos que analizan los síntomas de una enfermedad acuciante, sacan un diagnóstico y echan a ruedo su imaginación para anticipar si el paciente vive o muere. En su caso, Cereijido no sale del molde que supo construir en su polémico libro La nuca de Houssay y cae siempre en el mismo (mono)tema: el estado de coma permanente de la ciencia argentina y su retraso doloroso. El mismo rumbo lo tomó también en Ciencia sin seso, locura doble, La muerte y sus ventajas y ahora lo reanuda en La ignorancia debida, en el que, entre provocaciones y razonamientos impiadosos, sentencia sin analgésicos: la Argentina carece de ciencia.
Para atenuar la consecuencia social de tal argumento y la ferocidad de los argentinos que practican ciencia (en la Argentina), Cereijido elige el camino correcto de desmenuzar su hipótesis paso por paso. Así, sin aportar una mirada nueva, repasa pacientemente los achaques nacionales como la preminencia del analfabetismo científico y del oscurantismo (vitalidad de la creencia de que un santo, virgen o cantante muerto/a pueden generar empleo) que junto a las instituciones represivas nublan el cerebro argentino. Por supuesto, el fisiólogo tampoco olvida la ceguera de las clases dirigentes que prefieren encauzar fondos para tapar baches comunicativos en vez de fomentar la construcción de un complejo tecnológico-científico y un aparato educativo fuertes y prósperos.
Pese a sus pasajes densos y datos por todos conocidos, La ignorancia debida se torna interesante cuando Cereijido se dedica a pensar qué es la ciencia (a su entender, una manera de interpretar la realidad sin recurrir a milagros, revelaciones, dogmas ni al principio de autoridad) y qué no, y cuando no tropieza en la sarmientina receta de ver y aprender lo que se hace en el Imperio del Norte.