BREVISIMA HISTORIA DEL TIEMPO
Stephen Hawking y Leonard Mlodinow
Crítica, 210 págs.

Junto a Cosmos de Carl Sagan, Historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros de Stephen Hawking y Leonard Mlodinow ostenta el envidiable privilegio de ser uno de los libros más vendidos en el miniuniverso literario de la divulgación científica. Su aparición pública en 1988 fue no menos que ruidosa –se vendió diciendo que iba a “cambiar de arriba abajo la concepción humana del universo”–, pero como ocurre casi siempre con las campañas marketineras de prensa tal ambición no fue más que un deseo desproporcionado. Sí fue un éxito colosal y sí, también, fue un fracaso al mismo tiempo –se lo tilda de la “obra de divulgación menos entendida del siglo XX”–. Tal vez por eso, Ste-phen Hawking no se resigne a intentar una y otra vez enmendar su error: ya sin complicaciones técnicas, gráficos inentendibles ni fórmulas crípticas, se despacha ahora con una nueva edición, titulada en este caso Brevísima historia del tiempo, disponible en una versión de bolsillo cómoda para transportar de acá para allá y viajar por el universo al mismo tiempo que se viaja en subte o en colectivo.

Allí está todo lo interesante de la versión original: el racconto de las distintas visiones del universo desde Ptolomeo, Aristóteles a Copérnico, Galileo, Kepler, Newton y Einstein; una explicación sencilla pero no simplona de la relatividad y del espacio-tiempo; el mítico Big Bang, los agujeros negros, los agujeros de gusano y los viajes en el tiempo; y una lección epistemológica magistral sobre la naturaleza de las teorías científicas. Y, sobre todo, un importante espacio reservado a contar sin tantas vueltas por qué tanto empecinamiento por dar con una teoría unificada completa de todas las fuerzas de la física que subsane la incompatibilidad que distancia a la mecánica cuántica de la teoría general de la relatividad; una macroteoría que de alcanzarse tal vez algún día parezca tan obvia como que la Tierra gira día a día alrededor del Sol.