¿Qué se esconde tras nuestros
errores?
Massimo Piattelli Palmarini
Ed. Crítica/Planeta, 196 págs.

Al oír hablar del inconsciente un impulso asociativo conduce irremediablemente a pensar en divanes, actos fallidos, sueños, en fin, en el psicoanálisis y en un psiquiatra austríaco de barba blanca y anteojos bien redondos llamado Sigmund Freud. O sea en un solo inconsciente por persona. ¿Pero si hubiese otro? Así lo estima el biofísico y químico italiano Massimo Piattelli Palmarini, profesor del MIT, que en Los túneles de la mente: ¿qué se esconde tras nuestros errores? presenta un inconsciente no tan emotivo: esto es, aquel que “afecta sin darnos nunca cuenta a la esfera cognitiva, es decir, al universo de los razonamientos, de los juicios, de las elecciones entre distintas oportunidades, de los contrastes (aparentemente) bien ponderados entre lo que se considera probable y lo que se considera improbable”.

Mientras Freud lo buscaba en los sueños y los lapsus linguae, por ejemplo, Piattelli Palmarini lo rastrea en cambio en salas de juego, bolsas de valores, consultorios médicos, fluctuaciones electorales, o sea, donde medie una toma de decisión. El inconsciente cognitivo, a su entender, está en todas partes y en todo el mundo.

Con un ojo comparativo siempre en el psicoanálisis, el biofísico italiano emprende un viaje descriptivo por su reciente descubrimiento en el cual realiza paradas en las ilusiones cognitivas, las intuiciones espontáneas, las ilusiones probabilísticas y en el campo difuso de la toma de decisiones (certeza, prudencia e inseguridad) y del sentido común, causa principal de los errores.

Pecando a veces de racionalista extremo, Piattelli Palmarini se muestra con sus afirmaciones como un enemigo declarado de la idea de la “tábula rasa” (según la cual, todo ser humano al nacer empieza 100% desde cero) al esgrimir que todo hombre y mujer viene al mundo equipado con ciertas “anteojeras mentales” (llamados “bias” o como reza el título del libro, “túneles de la mente”) a partir de las cuales se ve y se actúa de determinada manera y no de otra.

Túneles de la mente, en definitiva, no es más que una introducción o si se quiere, un mero esbozo para saciar ciertas dudas de por qué hacemos lo que hacemos, así como pretende desenmarañar el “buen ojo” o aquella ráfaga que inunda antes de una decisión llamada intuición.