“O inventamos o erramos”. La ciencia como idea-fuerza en América Latina
Hebe Vessuri
Universidad Nacional de Quilmes, 397 págs.

Relación entre científicos y público, vínculos entre educación superior y la capacidad de investigación, procesos de industrialización de la ciencia en Latinoamérica y el poder de la ciencia en la región son algunos de los problemas que obsesionan a quienes estudian, desde las ciencias sociales, las peripecias de la ciencia y la tecnología.

Y precisamente sobre estos temas giran los estudios sociales de la ciencia y la tecnología, presentes en este libro de la colección “Ciencia, Tecnología y Sociedad”, dirigida por Pablo Kreimer y publicado por la Universidad Nacional de Quilmes.

Hebe Vessuri –doctora en Antropología Social por la Universidad de Oxford y directora del Departamento de Estudios de la Ciencia del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC)– es la autora de “O inventamos o erramos”. La ciencia como idea-fuerza en América Latina, publicación que aborda desde una perspectiva crítica aquellas mismas peripecias, evoluciones y desgracias. O quizás no “desgracias” sino interrogantes.

Porque, ¿cuál es la utilidad de la ciencia en América latina? ¿Cuáles son los rasgos de la ciencia que la cooperación científica internacional destaca para alcanzar sus objetivos? ¿Qué investigar en América latina? ¿Cómo manejar el conflicto irreductible entre el conocimiento científico y lego? Justo cuando la compleja trama de relaciones y significaciones provocadas con la llegada de la oleada globalizadora vela las simplificaciones que este proceso histórico-político-ideológico atizó sobre un abanico cultural y científico con sello propio y particular, con nombre y apellido: América latina.

Ante este escenario descripto por Vessuri subyacen algunos interrogantes presentes en las fronteras del conocimiento: ¿ciencia para quién? ¿Para qué tipo de sociedad? ¿Están la ciencia y sus científicos en condiciones de replantear su papel dentro del escenario social y local?

Vessuri no hace foco en una mera descripción de hechos, acontecimientos y personajes, sino más bien pretende sumergirse en sus raíces más profundas, para dar cuenta de los procesos que se producen en el interior de los laboratorios como verdaderos espacios de interacciones subjetivas y colectivas. Esta posición desplaza la idea del científico como héroe solitario, proponiendo una ciencia que hable en un idioma más comprensible por todos.

Hace cuarenta años, Oscar Varsavsky expresaba que “el cientificismo es la actitud del que, por progresar en esta carrera científica, olvida sus deberes sociales hacia su país y hacia los que saben menos que él”.