NOVEDADES EN CIENCIA
Canciones de amor de las ballenas
NewScientist
¿Qué hay detrás de los enigmáticos y potentes sonidos que emiten las ballenas? Muchos científicos están convencidos de que los mamíferos más grandes del planeta los utilizan como forma de comunicación, y de lo más eficiente, porque las ballenas pueden escuchar a sus pares a decenas, o incluso a cientos de kilómetros de distancia. Pero parece que, en ciertos casos, esos sonidos son verdaderas canciones de amor. Al menos, ésa es la conclusión a la que ha llegado un grupo de biólogos marinos de la Universidad de California, después de una paciente investigación, dada a conocer recientemente por la revista británica New Scientist.
Hasta hace poco, se pensaba que las ballenas emitían sonidos (generalmente muy graves) como forma de comunicación, pero también, a modo de sonar, lo que les serviría para orientarse y para detectar obstáculos. Y parece que así es. Pero el flamante trabajo de los científicos norteamericanos agrega un detalle: en el caso de las ballenas azules (Balaenoptera musculus) y las ballenas fin (Balaenoptera physalus), sólo los machos son los que emiten esos poderosos sonidos de baja frecuencia. Y para llegar a este dato, se embarcaron en varios botes equipados con equipos de localización y sofisticados hidrófonos (micrófonos acuáticos), y se acercaron a varios grupos de ballenas azules para averiguar cuáles eran los ejemplares que cantaban y cuáles no. Luego de grabar los sonidos y determinar de qué animales procedían, tomaron pequeñas muestras de piel de sus lomos, para determinar el sexo de cada uno de ellos. Y así descubrieron que, en todos los casos, las ballenas cantoras eran machos. Esta curiosidad, dicen los científicos de la Universidad de California, sugiere que los machos podrían utilizar esos sonidos para llamar la atención de las hembras, aun a enormes distancias. Y quizá, también, para intimidar a otros machos de las cercanías. Canciones de cortejo, ni más ni menos.
Ahora bien, si así fuera, y tal como alertan estos investigadores, los sonidos artificiales generados por el hombre serían muy dañinos para la vida de las ballenas: los barcos, los sonares militares y otros instrumentos destinados a estudios sísmicos (que en general utilizan frecuencias similares a las de los sonidos de estos enormes mamíferos) están “contaminando” los océanos con ruidos artificiales que no sólo pueden confundirlas, sino que también pueden interferir sus canciones de cortejo, complicando las posibilidades de encuentro y apareamiento. Tanto es así que, ante la presencia de sonidos invasores, una hembra no podría escuchar el canto seductor de un macho, aun estando a sólo cincuenta o cien metros de distancia. Teniendo en cuenta que las ballenas sólo tienen crías cada 3 o 4 años, las implicancias negativas de estos ruidos son más que obvias para la subsistencia de estos maravillosos gigantes de los mares.