NOVEDADES EN CIENCIA
Archaeology
Restos de una familia Neanderthal
Hace dos años, y en el mismo valle de Alemania donde fueron
encontrados los primeros restos de un hombre de Neanderthal en 1856, un grupo
de científicos dio con algunas piezas óseas dispersas y muy antiguas.
Y ahora, luego de un cuidadoso examen, parece que pertenecieron a una mujer,
un niño y un hombre de Neanderthal que vivieron hace 40 mil años.
Esta especie, extinguida hace casi treinta mil años, habitó Europa
y Medio Oriente. Y a pesar de las primeras interpretaciones de los paleoantropólogos
en sentido contrario, todo indica que se trataba de criaturas inteligentes,
organizadas, sumamente hábiles. Además, fueron los primeros homínidos
(esa familia de primates bípedos que incluye al hombre moderno) que enterraron
a sus muertos.
El hallazgo en cuestión, que tuvo lugar no muy lejos de Dusseldorf, es
sumamente escueto, al menos en el caso del niño y la mujer: un diente
de leche y restos de los huesos de un brazo, respectivamente. Los huesos
del brazo probablemente pertenecieron a una mujer, porque son más finos
y frágiles que los de los hombres dice Gerd-Christian Weniger,
director del Museo Neanderthal, donde se exponen actualmente los fósiles
y el diente corresponde a un niño de unos doce años. Estos
restos, y los de un hombre, estaban juntos, y fueron datados en alrededor de
40 mil años. Quizás se trató de una familia,
dice Weniger, aunque reconoce que puede tratarse de una coincidencia, y que
sus vidas hayan estado separadas por siglos y siglos.
NewScientist
Los perros y la música
Antes que Metallica o Kiss, los perros prefieren escuchar música
clásica o, a lo sumo, música pop muy suave: ése el resultado
de una curiosa investigación realizada por un grupo de científicos
irlandeses. Hasta ahora se habían realizado varios estudios sobre las
reacciones de los animales (gallinas y vacas, entre otros) ante la música.
Sin embargo, y tal como cuenta la revista inglesa New Scientist, el trabajo
de la doctora Deborah Wells y sus colegas de la Queens University, en Belfast,
sería el primero que apunta a los perros. Para realizar esta divertida
investigación, Wells y los suyos juntaron a cincuenta perros en el National
Canine Defense Leagues Rehoming Centre (ubicado en Worcestershire, Reino
Unido) y les hicieron escuchar música de lo más surtida: heavy
metal (Metallica, por ejemplo), música pop (Britney Spears, Robbie Williams
y Bob Marley), música clásica (Vivaldi, Grieg y Bach). Pero también
una cinta con voces humanas grabadas; incluso los dejaron un rato en total silencio.
¿Y que pasó? Con el heavy metal, los perros ladraron, aullaron
y se mostraron muy inquietos. El pop los alteró mucho menos, pero cambió
su comportamiento con respecto al silencio o a la grabación de las voces.
Finalmente, cuando escucharon música clásica se mostraron calmos
y poco ruidosos. Desde el punto de vista humano, los resultados pueden parecer
lógicos, pero Wells dice que, en principio, no había razones
sólidas para pensar que los perros debían encontrar más
relajante a la música clásica.
NewScientist
Una carrera computacional
Al parecer, la una vez pujante carrera espacial que enfrentó
durante décadas a los Estados Unidos y a la Unión Soviética
se ha desplazado (sin las mismas implicancias políticas, claro) a otro
campo: el de la informática. Y cuenta a Japón como nuevo rival.
Resulta que IBM acaba de anunciar sus planes de los próximos tres años
para romper los actuales records de velocidad de cálculo cuando desarrolle
dos impresionantes nuevas supercomputadoras en el Laboratorio Nacional Lawrence
Livermore en California, Estados Unidos. Uno de estos dos monstruos ingenieriles
es Blue Gene/L que, según estiman sus constructores, será 15 veces
más rápida y 50 a 100 veces más pequeña que las
actuales y ya superveloces máquinas. El imponente sistema contará
con 130.000 procesadores y funcionará a 360 teraflops, o sea: será
capaz de 360 trillones de operaciones de punto flotante (complejos
cálculos matemáticos) por segundo.
Se la destinará, una vez finalizada su construcción en 2005, a
hacer modelos de turbulencias, proteínas y de grandes explosiones. El
costo no es menor: unos cien millones de dólares. La segunda de estas
nuevas perlas de la técnica se llama ASCI Purple y es más simple
(aunque más flexible en sus cálculos) pues funcionará a
100 teraflops, tendrá 12.544 chips y 50 terabytes de memoria, una vez
terminada en 2004. Su tarea será simular explosiones de armas nucleares.
Ahora bien, aunque estos nuevos desarrollos tecnológicos suenen fascinantes,
lo cierto es que responden más a un golpe al ego de los científicos
estadounidenses que a un verdadero avance de la ciencia. Ocurre que a principios
de 2002 un grupo de investigadores japoneses desarrolló la computadora
más veloz del mundo, el Simulador Terrestre Nec, en Yokohama. Los ingenieros
de IBM habían perdido el primer lugar en la carrera, ahora buscan recobrarlo.
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