Y se hizo la luz (de nuevo)

nature El agua, se sabe, es fundamental para la vida. No sólo el 60 por ciento del cuerpo humano está compuesto del imprescindible líquido (insípido, incoloro e inodoro) sino que también es un elemento esencial para la alimentación e higiene de todos los días. Y, como si fuese poco, con ella se puede generar esa commodity tan especial sin el cual parecería casi imposible vivir: electricidad. Básicamente, desde hace más de 160 años, se aprovechan las caídas de agua, tanto naturales como artificiales (diques) para producir energía eléctrica. Pero parece que la relación del agua con la electricidad no terminó ahí. E incluso puede ser un nuevo amor que recién empieza. Recientemente se descubrió un nuevo método para producir electricidad a partir del agua corriente. El único problema (hasta ahora) es que se consiguen apenas pequeñas cantidades, aunque lo suficiente como para cargar teléfonos celulares y calculadoras.
El nuevo método, desarrollado por Larry Kostiuk y su equipo (Universidad de Alberta, Canadá), aprovecha las propiedades electrocinéticas naturales de los líquidos al ser bombeados a través de microcanales. Al pasar el agua por tubos de cristal muy estrechos (más finos que un cabello humano), los científicos observaron una pequeña corriente eléctrica que recorría los filamentos. También se ensayó con filtros de cristal y, en un momento, se obtuvo energía suficiente como para encender una lamparita.
La clave del proceso es la creación de una separación de cargas sostenida, y se basa en la interacción entre líquidos y sólidos a una escala muy pequeña. La superficie del sólido recibe una pequeña carga, que a su vez atrae iones de signo opuesto en el líquido, mientras que los del mismo signo son repelidos.
Aunque por ahora no se tiene pensado abastecer ciudades enteras de electricidad con este método, el descubrimiento no deja de ser importante como cuando en 1790 Alejandro Volta construyó una pila capaz de producir corriente continua o cuando Thomas Alva Edison diseñó en 1820 el primer prototipo de bombilla eléctrica, pensado para alumbrar 40 horas seguidas.

El arroz más antiguo

Archaeology Es el principal alimento del mundo y, según parece, el hombre comenzó a cultivarlo miles de años antes de lo que se creía. Y no en China, sino en Corea del Sur. Esa es la historia que cuenta un puñado de granos descubiertos por dos científicos coreanos.
Hoy en día, el arroz es la base de la alimentación para más de la mitad de la población del planeta, especialmente en Asia, donde constituye nada menos que un tercio de la ingesta calórica diaria. Y su producción anual –datos de 2002– es verdaderamente impresionante: 576,28 millones de toneladas. Hasta ahora, distintas evidencias sugerían que el arroz había comenzado a cultivarse en China, hace unos 12 mil años. Pero un nuevo hallazgo obliga a cambiar la fecha y el lugar. Así es: durante unas excavaciones realizadas en la villa de Sorori, situada en la provincia surcoreana de Chungbuk, los arqueólogos Woo Jong-yoon y Lee Yung-jo encontraron 59 granos de arroz quemados. Y también, algunos indicios de presencia humana. La cuestión es que, a la hora de la datación, resultó que ese arroz tenía 15 mil años de antigüedad. O sea, tres mil años más que las evidencias chinas. Por otra parte, el análisis de ADN de estos granos reveló que ese arroz era genéticamente distinto de las variedades cultivadas actualmente, poniendo en evidencia la “evolución” sufrida por este alimento desde entonces. El nuevo record va mucho más allá del arroz en sí: en realidad, también empuja hacia atrás el nacimiento de la agricultura, uno de los inventos más revolucionarios de la historia humana.

Nueva familia de ranas

nature Sobre ranas, parecía estar todo dicho. Y sin embargo, en la India, acaba de descubrirse un nuevo y sorprendente espécimen. Tan es así, que no sólo se trata del primer representante de una especie hasta ahora desconocida, sino también, de toda una nueva familia de ranas.
Tal como cuenta la revista Nature, la nueva rana fue descubierta en las montañas Ghats Occidentales, al sur de la India, por un equipo encabezado por los biólogos Franky Bossuyt y S. D. Biju (Universidad Libre de Bruselas, Bélgica). Y es verdaderamente curiosa: tiene un aspecto hinchado, su cuerpo es de un brillante color violeta, y su cabeza es puntiaguda. El lugar donde fue encontrado el animalito –que vive en pequeñas madrigueras– es uno de los más ricos del planeta en cuanto a biodiversidad. Y según Bossuyt y Biju, la Nasikabatrachus sahyadrensis –tal como la bautizaron– es una especie inédita que se suma a las casi 4800 especies de ranas conocidas. Pero además, sería la primera representante de la familia número 30 de estos pequeños batracios. Después de analizar el ADN de la violácea y regordeta criaturita, los científicos descubrieron que sus parientes más cercanos son las llamadas ranas sooglosidas, que viven en las Seychelles (el archipiélago ubicado entre la India y Africa). Y que ambas debieron tener un ancestro común que vivió en plena época de los dinosaurios, hace unos 130 millones de años, mucho antes de la separación entre la India y las islas, ocurrida hace 65 millones de años.