Sábado, 6 de abril de 2002 | Hoy
NOVEDADES EN CIENCIA
Los checos protegen sus
cielos
(SKY & TELESCOPE)
El cielo nocturno es, probablemente, el más espectacular patrimonio natural
de la humanidad. Pero por culpa de la contaminación luminosa, esta maravillosa
experiencia nos es cada vez más ajena (ver El cielo perdido,
Futuro, 26 de enero de 2002). Afortunadamente, en distintas partes del mundo
se está tomando conciencia del problema. Y el mejor ejemplo es el de
la República Checa, que acaba de convertirse en el primer país
del mundo que sancionó una ley nacional para proteger sus cielos. Se
trata de la Ley de Protección de la Atmósfera, y si
bien es cierto que apunta principalmente al cuidado de la calidad del aire y
a la reducción de los gases contaminantes, esta ley también apunta
a que se tomen medidas para evitar la contaminación luminosa,
definida como cualquier forma de iluminación artificial que disperse
su luz fuera de las áreas para las cuales esté dedicada, y particularmente
si está dirigida por encima del nivel del horizonte. En definitiva,
se apunta a un uso adecuado de la luz eléctrica, fundamentalmente en
la vía pública, con un consiguiente doble beneficio: si se ilumina
mejor, se cuida el cielo y se ahorra energía. La ejemplar medida, que
obviamente ha sido aplaudida por todos los astrónomos profesionales y
aficionados del mundo (y por todos aquellos que brindan por un mejor aprovechamiento
de los recursos, claro), fue firmada hace poco por el presidente checo Vaclav
Havel, y entrará en efecto a partir del 1º de junio.
Si maneja, no use celulares
(NEW SCIENTIST) A
la hora de manejar, los teléfonos celulares podrían ser más
peligrosos que unas copas de más. Al menos, eso es lo que se desprende
de una flamante investigación realizada en Inglaterra por el Transport
Research Laboratory (TRL). Hace poco, un grupo de investigadores de este organismo
británico realizaron una serie de pruebas con simuladores de manejo en
las que participaron varios conductores voluntarios. Y en esas pruebas se midió
su capacidad de reacción y atención mientras hablaban por teléfonos
celulares al conducir. La cuestión es que, ante una frenada inminente,
los tiempos de reacción de los conductores que estaban usando el celular
fueron, en promedio, un 50 por ciento más lentos que los de un grupo
de control que manejaba sin hablar por teléfono. E incluso, un 30 por
ciento más lentos que otro grupo de voluntarios que habían tomado
una cierta cantidad de bebidas alcohólicas. Por otra parte, el informe
del TRL dice que los conductores que usaron celulares durante las pruebas con
simuladores de manejo pasaron por alto más señales de tránsito
que los que estaban casi ebrios. Pero la distracción llegó al
extremo cuando los voluntarios utilizaron sus teléfonos para enviar mensajes
escritos. En definitiva, dice el informe, una llamada telefónica
al manejar puede involucrar las cuatro clases de distracción posible:
visual, auditiva, mental y física. Es para tener en cuenta. De
hecho, en Inglaterra ya se está hablando de promulgar la prohibición
total del uso de celulares al manejar, algo que ya ocurre, por ejemplo, en Irlanda.
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