Los alimentos suben porque se venden al mismo precio de exportación, lo que provoca un crecimiento espectacular de la pobreza ante el congelamiento de salarios. Más de 7 millones de personas viven en la indigencia. Este cuadro se da en una Argentina que produce por año alimentos básicos para dar de comer a más de 330 millones de personas, casi diez veces más de la población del país