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Sábado, 22 de enero de 2005

FINAL DE JUEGO

Final del juego

–Bueno –dijo el Comisario Inspector–. Nos ha escrito nada menos que Carina Cortassa, una de las más fervientes defensoras de la policía en la Provincia de Santa Fe. Muy atinado todo y se me ocurre que esa persona debería dar clases de epistemología. Me gusta mucho el ejemplo de La Ilíada y me gustan mucho sus reflexiones sobre Copérnico, aunque hay que aclarar que no escribía en polaco, sino en latín. Justamente, tal vez ése haya sido su error. Si en vez de escribirlo en latín lo hubiera hecho en idish, tal vez lo habrían leído mucho más.
–Y hay una pregunta para mí –dijo Kuhn, feliz porque alguien se acordaba de él–, ¿puede una teoría construir su propia empiria?
–Por supuesto que no –dijo el Comisario Inspector.
–Por supuesto que sí –dijo Kuhn–. El Comsario Inspector sacudió la cabeza como diciendo "todo está perdido".
Y es más-- siguió Kuhn--. Toda empiria deriva de una teoría, puesto que el observador mira el mundo con los ojos de la teoría, y sólo ve o destaca los objetos que figuran en esa teoría.
–No tiene importancia –dijo el Comisario Inspector– ya que la empiria no importa nada. Recuerdo a un amigo que, después de visitar la Reserva Ecológica se mostró desilusionado porque “era pura empiria”. Y ya que estamos, podemos plantear un enigma sobre el tema: ¿la vida es teoría o empiria?

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Es teoría o empiria? ¿Y les parece que la Reserva Ecológica es pura empiria?

Correo de lectores

TEORIA Y EMPIRIA
1. El (ex) Jefe de Policía tuvo mala suerte. En 1543, poco antes de morir, un canónigo llamado Nicolás Copérnico publicó su libro Sobre las Revoluciones de las Esferas Celestes: un nuevo modelo del Universo estrictamente teórico, sin una sola remisión empírica, sin nada que le diera el más mínimo fundamento. Para mal, poblado de ecuaciones en polaco (y se sabe que las matemáticas en ese idioma son muchísimo peores que en idish, español o inglés). Al igual que al (ex) Jefe de Policía, nadie lo entendía, ni siquiera lo leían: hubo quien calificó el mamotreto de “un libro ilegible e insoportablemente aburrido”. De todos modos, nadie lo echó del trabajo. Años más tarde, uno que sí lo había leído y se llamaba Galileo, se dedicó a escribir en italiano para que todo el mundo lo comprendiera, y hasta incursionó en la empiria –aunque no tanto– apuntando al cielo con sus telescopios. A éste, por su parte, no le fue demasiado bien, por lo menos en vida. Moraleja: el problema no es ser teoricista o empirista, sino el estado contemporáneo de la estupidez humana. En algunos casos ayuda, en otros te deja sin laburo o te manda a los interrogatorios de la Inquisición.
2. La teoría nunca puede deducirse de la empiria, del mismo modo que de una ciudad sitiada y con escaramuzas bélicas durante diez años no se deduce lógicamente La Ilíada.
3. Una pregunta para Kuhn: Si la empiria no puede construir teoría, ¿puede una teoría construir su propia empiria?
Atentamente,
Carina Cortassa

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