–La vez pasada –dijo el Comisario Inspector– hablamos alegremente sobre la elección de Londres como sede de los Juegos Olímpicos, pero por cuestiones de diagramación no pudimos hablar de atentados en Inglaterra.

–Es la barbarie –dijo el embajador inglés.

–Por supuesto que es la barbarie –dijo el Comisario Inspector–. Lo que a veces me alarma es ver que muchos así llamados progresistas creen que estos fundamentalistas islámicos son luchadores por la libertad o quien sabe qué.

–Hay quienes piensan que Osama Bin Laden representa la oposición a lo que Bush representa –dijo Kuhn.

–Y justamente, Bin Laden representa lo mismo que Bush, sólo que en versión islámica –dijo el Comisario Inspector–. Ambos son millonarios, ambos asesinan a inocentes, ambos son de extrema derecha, ambos ponen en peligro todo lo bueno que hay en el mundo. Si los Estados Unidos estuvieran verdaderamente interesados en desmantelar las redes terroristas, sería mejor que investigaran los bancos que los financian, ya que estos tentados no pueden hacerse sin carradas de dinero. Creo que la punta del ovillo debe estar más en los paraísos fiscales, que en Irak o Afganistán.

Esta vez no vamos a preguntar qué piensan nuestros lectores, porque estamos convencidos de que comparten el dolor de las víctimas, y el horror de todos los demás.