futuro

Sábado, 15 de marzo de 2003

FINAL DE JUEGO

Donde se pasa de Irlanda al Iluminismo y se vuelve a Pitágoras a la hora de los enigmas

 Por Leonardo Moledo

–Bueno –dijo el Comisario Inspector–. Esta vez la solución llegó desde Belfast, Irlanda del Norte. Justo acabo de leer una novela maravillosa sobre Irlanda del Norte, Eureka Street, de Robert McLiam Wilson. Se la recomiendo a todo el mundo. Transcurre en Belfast durante los noventa, con el IRA, los grupos republicanos, y todo ese lío incomprensible entre católicos y protestantes que siguen enfrentados por cuestiones que se remontan a la época de Cromwell.
–Como todos los problemas étnicos o religiosos –dijo Kuhn–. En general, no tienen sustancia.
–Y sin embargo –dijo el Comisario Inspector– es contra ellos que se estrella una y otra vez el espíritu de la Ilustración.
–El espíritu de la Ilustración anda medio decaído últimamente –dijo Kuhn–. Basta pensar en que una bestia bruta como Bush pretende encarnarlo. Pero lo interesante es que en cierta forma Bush es una consecuencia de la Ilustración, y todo el poderío bélico y tecnológico con el que van a arrasar Irak, es también un resultado de la tecnología que los racionalistas y los iluministas veían como la panacea.
–Yo no diría que Bush representa el espíritu de la Ilustración. Me parece cualquier cosa menos alguien ilustrado –dijo el Comisario Inspector–. Naturalmente, algo anduvo mal con el programa iluminista, lo cual no significa que haya que abandonarlo para caer en la trampa del relativismo cultural o para volver a los valores del paleolítico.
–Estamos volviendo a los valores del paleolítico –dijo Kuhn–. Sólo que con misiles y bombas nucleares.
–Sí, tal vez –dijo el Comisario Inspector–. Aunque me pregunto si la expansión del Imperio Romano era muy distinta. La conquista de la Galia por César fue de una brutalidad increíble. Para no hablar de la expansión de los imperios coloniales europeos en Africa y Asia a partir del siglo XVIII.
–Y también se actuaba en nombre de la civilización –dijo Kuhn.
–Lo que pasa –dijo el Comisario Inspector– que la bestialidad de Bush es tal que muchos se olvidan de que Saddam también es una bestia. Que le pregunten a los kurdos.
–Sí –dijo Kuhn–. Y la izquierda muchas veces se olvida de eso.
Se sentaron.
–Por eso hay que volver a los valores de la Ilustración –dijo el Comisario Inspector. –Justamente por eso. Pero no hay ninguna garantía de que esos valores prevalezcan.
–Volvamos a los valores del Iluminismo –dijo Kuhn– al menos por un rato, en esta columna.
El Comisario Inspector lo miró sorprendido. Esa declaración de Kuhn era rara, si se piensa que, en relación al Iluminismo, estaba atrapado por su propia ideología.
–Propongamos un enigma –dijo. –Un enigma muy, pero muy sencillo –dijo el Comisario Inspector– que tampoco va a resolver la “Sra. o Srta.” Angélica Gorodischer. Cuenta la leyenda que cuando le preguntaban a Pitágoras por la cantidad de personas que frecuentaban su escuela, contestaba: “La mitad estudia sólo matemáticas, la mitad del resto se interesa sólo por la música, una séptima parte asiste, pero no participa y además vienen tres ancianos”. ¿Cuánta gente asistía a la escuela de Pitágoras?
–Siempre los griegos –dijo Kuhn–. Como siempre, los griegos.

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Cuánta gente asistía a la escuela de Pitágoras? ¿Y dónde se sentaron Kuhn y el Comisario Inspector?

Solucion irlandesa
¿Cómo se puede construir el número 24, esta vez usando solamente un 1, un 3, un 4 y un 6?
(Una) Solución
6 / [1- (3/4)] = 24
José Luis Iparraguirre D’Elia
Belfast, Irlanda del Norte

Hume en Almagro
Señor Kuhn, Comisario Inspector:
Encuentro otra variante para pensar el dilema del señor Hume. Pensemos más sencillamente que, bajo el ejemplo del billar, las bolas nunca chocan, ni siquiera se tocan. En verdad, tampoco ruedan sobre la mesa de billar. Las bolas están constituidas por átomos, los cuales poseen un límite exterior conformado por electrones. Por lo tanto, también lo está el límite exterior de cada bola. Las partículas subatómicas negativas que las delimitan se repelen al acercarse, es realmente imposible que se toquen; imaginemos las verdadera consecuencia explosiva que sucedería si los electrones se llegaran a tocar. En verdad nosotros atribuimos el significante “choque” a una ilusión óptica de nuestro sentido visual. Una nueva paradoja de la lingüística, ya que si las bolas realmente chocaran no las veríamos retroceder. Lo que vemos es, justamente, la consecuencia de que aquéllas no entren en contacto; y encima atribuimos un significante a algo que es completamente opuesto a su significado real.
Saludos
Lucas Almagro

Un poco de tiempo
Estimados señores:
Comisario Inspector, Kuhn y Leonardo Moledo:
No quiero que nadie se sienta excluido, los felicito por lo que generan en nosotros sus fieles lectores, me resultan muy interesantes y curiosos todos los planteos publicados, por ejemplo los del el Sr. Tomás Buch y los de la Sra. o Srta. Angélica Gorodischer.
Mi propuesta de solución al planteo del sábado 8 de marzo es la siguiente: (6+1)-(3+4)= 0, y si introducimos la idea de tiempo como sugiere el Comisario Inspector, podemos decir que la hora 0 es equivalente a la hora 24 del día anterior, de esa forma es como hallaríamos el número 24.
Gracias por su trabajo.
Félix Aguirre

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