FINAL DE JUEGO
Final del juego /Correo de lectores
Donde, como no podía ser de otra manera, se hace la última referencia al ADN y se plantea un enigma con hélices
Por Leonardo Moledo
–Todo un número dedicado al ADN –dijo el Comisario Inspector, mirando fijamente hacia las ventanas–, me parece muy bien. Medio siglo es medio siglo.
–50 años y un día –ajustó Kuhn–. Lo que me parece que falta es una pista sobre cómo funciona el ADN.
–Ah –dijo el Comisario Inspector–. Cincuenta años después eso es muy fácil. Veamos: la doble hélice tiene, por así decirlo, una estructura portante compuesta de fosfatos y azúcares, y “escalones” formados por bases insertadas en ella. Hay cuatro bases: A (adenina), G (guanina), C (citosina) y T (timina). Con esas cuatro letras químicas se escriben, en código, todos los rasgos de la herencia, del mismo modo que con un punto y una raya se escribe, en código Morse, la frase que uno quiere.
–Bueno –dijo Kuhn–. Pero hace falta aclarar qué codifica ese código.
–Codifica proteínas –dijo el Comisario Inspector–. Mediante un proceso complejo y fascinante (el ADN se transcribe en ARN, luego el ARN es “leído” en ciertos orgánulos de la célula), el ADN pone en marcha una cadena química que permite la fabricación de proteínas, que a su vez se encargan de las tareas biológicas cotidianas.
–También hay que señalar que el ADN tiene la notable propiedad de replicarse –dijo Kuhn, sentándose–. En fin, me siento como un apuntador.
–Efectivamente –dijo el Comisario Inspector–. La doble hélice de ADN puede, a partir de las sustancias del núcleo, fabricar copias de sí misma. El proceso es más o menos así: la doble hélice se abre, y cada una de las dos cadenas genera una cadena complementaria, como si rellenara los huecos que le faltan, y hete aquí que se obtiene una nueva doble hélice completa, con toda y la misma información genética, lista para funcionar. ¿Qué más?
–Una interesante pregunta –dijo Kuhn–: ¿El ADN está vivo?
–La respuesta nos llevaría horas –dijo el Comisario Inspector–, pero yo no tengo inconveniente.
–El enigma, vayamos al enigma –dijo Kuhn–. Con esta historia del ADN estamos ajustadísimos.
–Bueno –dijo obediente el Comisario Inspector–. Tengo 6 trozos de una cadena en forma de hélice (qué se le va a hacer, estamos en ambiente) y quiero hacer una cadena única. Un biólogo (qué le vamos a hacer) me cobra 400 pesos por soldar un eslabón y 100 pesos por cortarlo. ¿Por cuánto dinero puedo tener la hélice completa?
¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Cuánto costará?
Correro de Lectores
Respuesta al enigma
Paula Albarracín conoció al que habría de ser su esposo cuando tenía 5 años y él 15. El 29 de febrero de 1896, ella tenía 15 años y su esposo 25; cuando ella llegara a los 45 él tendría 55, de donde los años de ambos sumarían 100. Como los años finales de cada siglo sólo son bisiestos si resultan divisibles por 400, el bisiesto que seguía al de 1896 era recién el de 1904. Así el 29 de febrero de 1904 el esposo tendría 33 años.
Alberto De Renzis