Los dinosaurios no volvieron, como las golondrinas oscuras, porque se extinguieron, pero nunca se fueron. No necesitaban volver. Recorrieron la Tierra durante 180 millones de años y después un meteorito los barrió, y sus huesos se hundieron en la tierra, se hicieron piedra, y resurgieron para poblar el imaginario colectivo de mitos y terrores, los museos de grandes reconstrucciones, y el primer Café Científico del año con las palabras del paleontólogo Fernando Novas, que aseguró –y demostró– que cada atardecer miles de dinosaurios sobrevuelan Buenos Aires.