Desde que el mundo es mundo se ha visto sacudido por continuas erupciones volcánicas, algunas más violentas, otras menos, de mayor o menor duración, más espectaculares o más modestas. Pero todas han dejado sus víctimas, ya fuera por la ceniza, la lava, los lahares o los terremotos.
Siguiendo un orden cronológico, aunque arbitrario en el aspecto geológico, se podría recordar la erupción en la isla Santorini, en Grecia, en 1628 a. de C., que destruyó la avanzada civilización de Thera. La del Vesubio (que se ve en la imagen de 1631), Italia, que en el año 79 devastó Pompeya y Herculano y se estima dejó unas 3500 víctimas, muchas petrificadas hoy entre las ruinas. En 1783, la erupción del Laki, en Islandia, provocó la muerte del 20 por ciento de la población de ese país.
En 1815, se produjo una terrible erupción en Tambora, Indonesia, que dejó el saldo record de 92.000 muertos. La de Krakatoa, en Indonesia, en 1883, provocó una tsunami –una ola gigantesca– que ahogó a más de 36.000 personas (una versión hollywoodense de los 60 recuerda el episodio). Otra erupción que quedará en la historia es la del monte Pelado, en la isla de Martinica: 29.000 personas murieron el 8 de mayo de 1902. Como estaban próximas las elecciones, las autoridades aseguraron a los pobladores que el volcán no representaba una amenaza para que todos estuvieran en los comicios. Sólo se salvaron un zapatero y un asesino convicto que esperaba en la cárcel su ejecución para ese día. Ese mismo año, la erupción del volcán Santa María, en Guatemala, provocó la muerte de 6.000 personas.
En 1980, en Estados Unidos, la violencia de la erupción del monte St. Helens, aunque sólo dejó un saldo de 6 víctimas fatales, hizo que se desmoronara la ladera del volcán provocando una avalancha hirviente que arrasó con los pueblos cercanos. Todo fue filmado por la tevé estadounidense. Un caso parecido fue el de los lahares provocados por la erupción del Nevado del Ruiz, en Colombia, en 1985: murieron 23.000 personas. Al estallar violentamente el Pinatubo, Filipinas, en 1991, 5.932 personas perdieron la vida. Y en enero de este año, el volcán Nyiragongo, en el Congo, arrasó la ciudad de Goma, mató a 100 habitantes y 400.000 debieron ser evacuados. Este volcán había provocado la muerte de 2.000 personas en 1977.