Por Leonardo Moledo

El tercer ciclo de Café Científico que organiza el Planetario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Galileo Galilei, con sus nueve cafés bien ordenados, rebosantes de gente en algunos casos, se cerró en un día de lluvias intermitentes y torrenciales. A lo largo de este año, se desarrollaron y discutieron los siguientes temas: ¿Por qué es divertido el sexo?: la trama evolutiva de la reproducción humana, La muerte del universo: teorías, posibilidades, especulaciones, La guerra de las ciencias: ciencias sociales versus ciencias naturales, Las adicciones: genética y sociedad, ¿Qué es la inteligencia?: la polémica por el coeficiente intelectual y los tests, Homeopatía y medicinas alternativas: ¿un servicio a la salud?, Matemática: el número de oro, Geología planetaria: ¿de qué están hechos los planetas? y Vida artificial: el último sueño tecnológico.
Los cafés oscilaron, como siempre, entre la conferencia y la conversación, esa circulación de ideas y significados que, en última instancia, es el motor de la popularización de la ciencia. Las rondas de preguntas muchas veces se convirtieron en un verdadero diálogo, y es allí, en ese intercambio, donde los conceptos empiezan a circular y adquirir valor. Más el hecho de que en el contacto, no sólo ese indefinido concepto llamado “público” cambia, sino también los científicos cambian, al buscar formas de comunicación con quienes no son sus colegas.
Como en los ciclos anteriores, en todos los casos el contenido de los cafés fue publicado en Futuro, expandiendo los alcances de la conversación. En marzo del 2004, volveremos a tomar café (científico) aquí en Futuro, y claro, en La Casona del Teatro.