Vie 04.03.2016
las12

ALBUMINA

Otra vez, sopa (high-tech)

› Por Guadalupe Treibel

Una auténtica enseñanza de vida para purretas de 11 a 16. Involuntariamente impartida, pero efectivamente recibida, y afortunadamente criticada. Ocurrió en Gran Bretaña, donde la compañía británica EDF Energy -“la más grande productora de electricidad baja en carbono de UK”, según se pavonea vía web- realiza una campaña para estimular el interés y la participación de niñas y jovencitas en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (el famoso acrónimo anglo STEM), consciente de que solo 1 de cada 7 personas vinculadas a estos campos es mujer. Y no solo por los consabidos micromachismos y abusos que damas padecen durante las cursadas de las correspondientes carreras, sino por el hecho de ser desestimuladas durante sus años mozos a participar de las susodichas áreas. Entonces, “Pretty Curious”, la citada campaña, generando eventos que permitan a las muchachitas: codificar, imprimir en 3D, charlotear con role models (bioquímicas, científicas especializadas en computación, etcétera), entre otras bondades high-tech. Entonces, “Pretty Curious Challenge”, flamante concurso nacional donde se invitaba a presentar un desarrollo hogareño, evidentemente tecnologizado. Ninguna sombra bajo el cielo de esta oportunidad. Salvo una: que quien ganó el PCC fue… un varoncito.

Un tal Joshua, de 13 años, fue quien se alzó triunfador con su Pad Generator, un controlador de videogames que utiliza la energía cinética de la acción del pulgar, venciendo así a las tres finalistas restantes. “Pero… ¿cómo? ¿No se trataba de una propuesta para arengar el entusiasmo femenino en un sector del que a menudo se las aleja?”, interrogará el/la sensato/a. Y la respuesta será: en efecto. Y luego: otra vez, sopa. Y también: qué indignación. “Aunque ese es el objetivo de nuestra campaña, el concurso permitió la inscripción de niños, en honor a la igualdad de oportunidades”, ha sido la réplica de EDF Energy, a quienes muchos (todos) acusan de aprovecharse de una problemática que no parece comprender y, en el ínterin, hacer añicos la expectativa de las niñatas. Para Suw Charman-Anderson, fundadora del Día Ada Lovelace, “ya desde su nombre, la propuesta no desafía los estereotipos perniciosos; en cambio, privilegia belleza antes que inteligencia. EDF ha fallado en comprender la naturaleza del problema de las mujeres en STEM, y con su payasada publicitaria, de seguro ha tenido un impacto negativo en las jóvenes que participaron con genuino entusiasmo y alegría”. Una lágrima.

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