A medida que la curaduría se fue convirtiendo en una profesión cada vez más ambicionada y el oficio fue arrancado de los museos para expandirse hacia otras disciplinas, la necesidad de crear un espacio en el que lxs curadorxs más jóvenes de Buenos Aires pudieran dar sus primeros pasos en el oficio también creció. A esa conclusión, al menos, llegaron Paula Salischiker y Jacinta Racedo, las responsables de (experiencia) HIEDRA, una galería de arte ubicada en Chacarita que abrió sus puertas el año pasado y que, por prepotencia de trabajo, se posicionó rápidamente como un espacio en el que siempre hay algo interesante para ver pero, sobre todo, donde lxs curadorxs jóvenes tienen vía libre para jugar y probar cosas nuevas: el propósito de HIEDRA es, justamente, poner en foco en ellxs tanto como en lxs artistas. Para el primer gran proyecto de la galería, por ejemplo, convocaron a distintxs curadorxs que trabajaron sobre el concepto Identidad. El resultado: tres exposiciones interdisciplinarias donde el concepto aparece plasmado en ópticas y obras artísticas muy diferentes.

Paula y Jacinta se conocieron mientras cursaban la Maestría en Curaduría en Artes Visuales de la Universidad de Tres de Febrero, y se dieron cuenta enseguida de que no solamente compartían una mirada sobre el arte contemporáneo, sino que tenían un pasado en común. Las dos habían vivido en Londres, durante la misma época, incluso en barrios muy cercanos. Ambas habían sido estudiantes en la universidad de Goldsmiths, inmigrantes desconocidas entre sí que compartían un presente y muchísimas experiencias, pero les tocó cruzarse en Buenos Aires recién unos cuanto años después. Cuando finalmente se hicieron compañeras de estudio, entendieron que también podían ser buenas socias. Y entonces comenzaron a buscar un espacio para montar una galería. “Unas semanas después de tomar la decisión de hacer algo juntas ya teníamos las llaves del local que hoy es HIEDRA: no nos costó mucho encontrarlo porque sabíamos bien qué queríamos”, recuerda Paula.

Pero, más importante que coincidir en gustos arquitectónicos era compartir ciertas ideas sobre los objetivos del espacio. A ninguna le interesaba vender las obras expuestas: su proyecto es una inversión que tiene más que ver con el aprendizaje personal que con los negocios. “Queríamos tener nuestro propio lugar de experimentación, porque como inminentes curadoras nos dábamos cuenta de que nadie nos iba a dar, sin experiencia previa, el espacio para crear una muestra”, cuenta Paula. “Pero siempre estuvo claro que nada se enriquece si no se abre a miradas distintas, por eso invitamos a otros a formar parte”.

Cuando, a punto de inaugurar, tuvieron que ponerle nombre a la galería, hicieron una lista de las cosas que las unían: se dieron cuenta de que la hiedra inglesa, esa enredadera que crece intempestivamente en cualquier edificio o monumento que le sirva de sostén, funcionaba como una síntesis perfecta de su educación sentimental transcontinental y como una metáfora de lo que querían para su espacio. “La hiedra es fuerte y verde todo el año y se expande con mucha facilidad. Y hay algo de ese espíritu que nos interesa: buscamos dialogar con la comunidad artística, pero también con los vecinos del barrio”, explica Jacinta.

Una última gran premisa es, para ellas, hacer de la galería un espacio para todxs y no sólo para lxs artistas amigxs. Dice Paula: “Por lo general no trabajamos con artistas elegidos por nosotras, sino que abrimos convocatorias en las que invitamos a participar a todo el mundo, porque queremos estar atentas a lo que se produce en todos los ámbitos, incluso en los que no conocemos. Para nosotras, la práctica curatorial es puro movimiento, una experiencia netamente creativa y dinámica. Y creemos que ese es el camino que está construyendo Hiedra”.

(experiencia) HIEDRA queda en Guevara 202, Chacarita. Abre los miércoles, jueves y viernes de 11 a 13 y de 16 a 19 y los sábados y domingos en distintos horarios, según la actividad. Más información en facebook.com/experienciaHIEDRA