En qué heladeras de este mundo hibernarán (por no decir habitarán) las/os creativas/os responsables de esos segundos televisivos que nos vienen sorprendiendo desde la semana pasada, aunque ya los hayamos visto al menos un par de veces? ¿De dónde sacan las agencias de publicidad que es una gran idea realizar un spot con cientos de mujeres bailando entre las góndolas del súper, mientras graznan loas al mundo según Lita de Lázzari (a la que hasta harían pasar por vaga y malentretenida)? Las chicas del aviso ése que pretende caer simpático a las mujeres argentinas cantan la marcha de una cadena de supermercados: “Voy buscando calidad y se me olvida/ que las marcas son todas desconocidas/ busco frescos y en esto nadie falla/ te acercás y hay un olor que te desmaya”. No conformes con esa declaración de amor a la igualdad, continúan (ésta es nuestra parte favorita): “Busco para mi marido un vino tinto/ no lo encuentro, esto es un laberinto/ quiero volver a comprar como me gusta/ quiero volver a disfrutar un chango lleno/ sin pagar de más, eso es lo que yo quiero” (si les quedan dudas de lo que están leyendo, damos fe de que consta en nuestras manitas la letra completa, gentilmente publicada en los diarios, por si queremos aprenderla para cantarla en casita, mientras cocinamos la comidita para el maridito). No quisiéramos insinuar que los cráneos tras el aviso, además de estar un poco desactualizados sobre quiénes van al súper y otras cosas menores como la aberración que significa su ingenioso estereotipo, insinúan que las chicas van de compras para ver si tienen una alegría, pero por ahí ya lo andan diciendo. Gente de las agencias, media pila...