MODA
Cinco días, treinta desfiles, shows modernamente alocados, colecciones nuevas y alianzas sofisticadas. Todo pudo encontrarse en el 10º Fashion Buenos Aires. Pasen y vean.
Décima edición del Fashion Buenos Aires: tres pasarelas que entre el 29 de agosto y el 2 de septiembre hicieron de continente a treinta desfiles con las colecciones primavera-verano de los principales referentes del circuito de autor, y algunas firmas comerciales. Antes de iniciarse en el recorrido, se recomienda adornarse con algún turbante, rescatar las plataformas de corcho o madera de otras temporadas, ponerse un micro-short y atiborrarse de collares de cuentas y los accesorios más dorados y exagerados de su arcón.
La apertura
Correspondió a la diseñadora Araceli Pourcel, quien realizó una extensa colección de faldas y vestidos con patchworks, remeras con citas poéticas bordadas a mano, y un absoluto cambio de silueta, más entallada que la de otras temporadas y con música en vivo: Alejandro Franov, la cantante Marion Moss, entre otros, anticiparon un formato que fue una constante en los cinco días de colecciones.
El esquema musical continuó con la participación de Coco, banda de culto liderada por Noelia Mourier, quien acompañó las prendas livianas con silueta globo y en tonos arena de Cora Groppo, un percusionista ambientando la pasada de accesorios de Perfectos Dragones o el rock en francés durante el desfile de María Cher, como complemento de una colección tributo a Madonna y Betty Page, y proyecciones en una pantalla envolvente e interactiva.
El mundo masculino tuvo su representación con la pasada de HE, quienes pusieron su nueva línea de sacos entallados en jóvenes muy andróginos y sus boxers y bañadores en un grupo de fisicoculturistas, mientras que Unmo citó sus investigaciones sobre el tiempo en prints para samurais habitués de discotecas.
Tours por Africa
Los destinos exóticos, la sublimación del broderie y las estampas doradas, la bohemia estudiada que predica la firma Rapsodia, representan el último grito de la moda. Las citas al Africa fueron tema de inspiración de Posse, la firma que hizo su primera presentación en la pasarela. Su diseñadora –Guadalupe Posse– con estudios de economía en Buenos Aires y de diseño en la academia Parsons de Nueva York enunció el desarrollo de catorce estampas disímiles con esa impronta tribal para su línea de vestidos mini y maxi y siluetas de los años ‘70, y riguroso styling de collares y vinchas en la cabeza.
Ese punto geográfico fue también abordado aunque con intenciones absolutamente rockers por A.Y. Not Dead, otros debutantes en el Fashion Buenos Aires. Al ritmo de Black Jesus, una banda heavy metal con prédicas pacifistas que inspiraron las estampas y las proclamas de moda y rock, se vieron vestidos strapless, chaquetas deportivas que el manual de estilo hype impone llevar siempre con la capucha puesta. Se vieron bañadores dorados para hombre y mujer, y la licencia de estampas de calaveras e imágenes religiosas en las camisas para hombre y los jeans muy ceñidos.
El chic según Cecilia Gadea
Sucedió el día tres, en una sala con escenografía giratoria de madera, y significó un oasis ante los dictados de las tendencias. La aparición de una extensa colección realizada con sofisticados calados y bordados que lucen absolutamente contemporáneos, contempló minifaldas con camperas deportivas, shorts en tonos crudo, vestidos de cuello halter u otros negros con incisiones en la cintura, faldas de línea A y abrigos de verano de largo tres cuartos. Su versión de las musas de Gustav Klimt (porque Gadea bucea metódicamente en lo pictórico y la fotografía) tuvo un correlato no menos chic en la línea masculina, que crece cada año y se caracteriza por pantalones con pinzas, remeras con cortes deportivo en materiales sofisticados y camisas.
Inspiración acuática
Mientras que la diseñadora Florencia Fiocca continuó con su serie de los cuatro elementos (abordó el agua, en rigurosos vestidos chemisier, sus celebrados strapless con formas orgánicas y bañadores), Marcelo Senra bautizó Aqua a su colección, coartada para pasear por los ríos de la Argentina, y sus prendas con improntas folk y el uso de los tejidos de chaguar.
Las miradas sobre lo femenino
Mientras que Laura Valenzuela llevó a su máxima expresión la búsqueda de telas preciosistas con las que adhiere a la costura (sumó accesorios barrocos en plata), María Martha Facchinelli retomó con elegancia el tono darkie de sus primeras colecciones, hizo visos negros y se rumoreó que intentó arrojar murciélagos como parte del show.
Aída Sirinian, experta en la ropa para noche, llevó sus técnicas a una línea con tipología para el día, y anunció la pronta apertura de un local en Palermo.
Mariano Toledo vistió de escamas a sus heroínas, inspirándose en el film El viaje de Chihiro, mientras que Laurencio Adot lanzó Dot, una nueva línea con el concepto casual de lujo.
Miradas sofisticadas sobre la niñez y la adultez
El día uno, la colección de Valeria Pesqueira, inspirada en lo tropical (con estampas de flores, frutas, peces y aves exóticas, y un estilismo fresco y avant garde a la vez), hizo espacio entre las remeras y trenchs emblemáticas de la firma para una pasada de niñas modelo. Los asistentes se llevaron un extraño y elegante catálogo de moda, producto de la fusión de la diseñadora con la firma Puma para desarrollar Barnett, una línea de calzado deportivo con prints de aves en flúo y dorado. Al día siguiente, los niños volvieron a irrumpir al cierre del desfile de Nadine Zlotogora, quien resumió la línea argumental de la colección como “una invitación a buscar en los recuerdos de la infancia”. Resultaron vestidos mini, pantalones y camisas para mujer, hombre y niños realizadas con remixes de telas nuevas y otras con descartes textiles. Los prints rescatados de planchas de figuritas inspiraron además a una línea de Flecha Media Básquet, maletines y pantalones deportivos.
Gauchos for export
Fue el tema de inspiración de Martín Churba, quien rescató con humor y espíritu avant garde las tipologías de atuendos de gauchos y los estereotipos habituales en los festivales folklóricos. Monte fue el título de su colección, con una puesta teatral y la participación de la cantante Mariana Baraj. La colección con prints de rastras gauchas y flores barrocas (ideadas a partir de las estampas rescatadas por Churba en tiendas demodée del norte argentino) es la misma con que el 13 de septiembre desfilará en Tokio, durante la feria Rooms. De ahí que un grupo de japoneses, sus representantes del grupo HP France, ocuparan buena parte de la primera fila y una realizadora de cine grabara cada detalle del desfile para ser emitido en la TV japonesa. Las modelos desplegaron graciosas coreografías de carnavalito para discotecas en tiempos de furor del reggaetón.
Los juegos domésticos
El cierre del maratón de moda correspondió a la colección Adivinación Doméstica de Vero Ivaldi que, inspirada en el tarot de las amas de casa, continuó el rescate de juegos en pasarela. Divididas en cuatro bloques de cartas, La Estrella, La Tempestad, El Diablo y El Juicio, las modelos lucieron bañadores asimétricos en tonos de turquesa o naranja, trench coats combinados con botas de goma y turbantes, vestidos para el cocktail y también una línea de sastrería en denim, todo sobre una pasarela con prints de vichy rojo y blanco, que sirvió de plataforma a su nueva lectura irónica sobre los ideales femeninos de los fifties.
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