Viernes, 15 de febrero de 2008 | Hoy
Tanto ombligo al aire, tanta trusa exageradamente cavada no hacen sino resaltar aquello que todas las mujeres querrían disimular de la mejor manera posible: es decir, las pequeñas imperfecciones, los rollitos, el ancho excedido de la cintura. Lamentablemente, han caído en el olvido las casi milagrosas ventajas de los ceñidores Avispa, tan solicitados en los años ‘50, época en que las señoras y señoritas valoraban —para deleite de los caballeros— la línea perfecta de un talle fino que se ondula lo necesario al llegar a la cadera.
Estos ceñidores, según garantiza un aviso de aquella década publicado en la revista Maribel, “fueron creados en Francia y reproducidos en América, en tul elástico, famoso en todo el mundo”. Esa flexibilidad, precisamente, era la que daba a sus usuarias amplia libertad de movimientos y también de respiración (aunque pueda parecer lo contrario a primera vista). Por todo lo dicho, referido a la estética y la salud, es que reclamamos desde esta sección que se vuelvan a fabricar estos refajos “en los diferentes modelos que sintetizan todos los anhelos de la coquetería femenina”, siempre de acuerdo con la confiable publicidad. “Su acción suave y segura, de efecto increíble, estabiliza el cuerpo, afinando graciosamente la cintura.”
Estos son algunos de los modelos dignos de ser reproducidos para favorecer el bienestar general y la belleza particular, con “su sorprendente elasticidad direccional” que asegura para todas, afirman sus fabricantes, “¡Más acción! ¡Más durabilidad! ¡Mayor perfección!”
1) Ceñidores números 66 y 70, ideales para trajes de soiree ajustados en la cintura, que adelgazan la silueta y borran prominencias ventrales con su zona reforzada en el frente. En 40 y 45 centímetros de altura.
2) Ceñidor 33, adaptable a todos los cuerpos y a todas las necesidades, un poco más cavado que el resto de los modelos en la parte de adelante. Un elemento básico en la lencería femenina.
3) Ceñidor 23, apropiado para el invierno y la indumentaria confeccionada con tejidos gruesos, menos reveladores.
4) Ceñidor con doble cintura, imprescindible para tailleurs y vestidos muy entallados.
5) Ceñidor Caderita, otro clásico, especial para las más jóvenes, que dibuja suavemente las curvas, otorgando soltura y confort.
6) Finalmente, no podemos dejar de solicitar el famoso Corselete, que toma el talle desde unos centímetros por encima de la cintura y llega hasta la altura del ombligo, recomendado para las más delgadas, que carezcan de glúteos pronunciados. Porque naturalmente todos los otros modelos de fajas enumerados, además de dar esbeltez a todas las cinturas, suavizan y achatan esas redondeces a veces inelegantemente prominentes.
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