INUTILISIMO
Existe toda una problemática en torno de la situación de viudez que no suele ser tenida en cuenta por los manuales de autoayuda, ni por las notas periodísticas, pese al hecho comprobado de que son más las viudas que los viudos, por el simple hecho de que las mujeres viven más años que los hombres (dicho esto sin olvidar que hay una cierta cantidad de mujeres jóvenes que han tenido la desgracia de perder a sus esposos). Semejante vacío viene a llenarlo La viuda y sus problemas (El libro de la mujer fuerte y valerosa), de Joseph Schmitz (Editorial Victoriano Suárez, Madrid, 1964).
Un tema que se plantea con bastante frecuencia, si la situación económica en que han quedado mujer e hijos luego de la defunción de su jefe lo exige, es el del trabajo de la viuda para sostener a su familia. Situación para la que Joseph Schmitz propone algunas advertencias, en particular para aquellas madres con niños en las etapas de niñez y adolescencia:
1) Cuando los hijos viven todavía en el propio hogar, sólo se deberá aceptar una ocupación remunerada afuera si existen razones muy poderosas, “pero jamás debe tomar la colocación en una empresa o lugar de trabajo como una huida del hogar”.
2) Debe considerar la posibilidad de trabajar afuera sólo medio día, de ser posible cuando los hijos no están en la casa sino en el colegio: “Ello es factible en algunas oficinas, ventanillas de correo o ferrocarriles”. En otros casos, quizá se pueda conseguir trabajo para hacerlo en casa, paralelamente a las tareas de madre y ama de casa.
3) Si se produce la ausencia materna, los niños deben ser cuidados por personas de extrema confianza, preferentemente los abuelos o parientes cercanos. “En tales casos, la madre deberá dedicar a su prole con más afán por las tardes y el fin de semana.”
4) En la actividad dentro de una empresa, “se da por sentado que una madre cristiana ha de manejarse siempre dentro de una postura honrada y correcta. Nada de cuanto podría herir la honestidad femenina debería ser permitido”.
5) Es importante el ejemplo y la palabra de la mujer viuda obligada a trabajar, “porque puede realizar una verdadera labor de apostolado, aprovechar toda oportunidad para entablar conversaciones católicas”.
6) Una actividad fuera del hogar para mujer que ha quedado sola para su sostén representa una pesada carga; en consecuencia, “puede existir el peligrote que el tiempo dedicado a sus ocasiones sea menor, por lo que las fuerzas interiores empezarán a cojear”. Por cierto, no hay excusa que dispense de la búsqueda del reino de Dios. Es decir, “en todo el transcurso de la vida diaria debe aspirarse a la santidad, para la mayor gloria de Dios. Sólo entonces se podrá hablar de “una viudedad (sic) realmente virtuosa”.
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