Viernes, 17 de octubre de 2008 | Hoy
TALK SHOW
Por Moira Soto
Obvio que Lorena Anselmi no interrumpirá ese embarazo indeseado, producto de una noche de cerveza y despecho, que empezó tomando un café con su jefe cuando su marido se fue a Mendoza por razones de laburo, sin darse cuenta de que ella quería hacer ese viaje... Lorena fue el personaje principal del unitario Variaciones, en su tercera entrega por Canal 7 (martes a las 23), bajo la dirección de Alberto Lecchi sobre guión de Daniel Romañach, Carlos Perrotti y Alejandro Alem, con Gabriela Toscano como actriz invitada y la presencia habitual en el ciclo de Arturo Puig y Juan Leyrado. Ambos actores interpretan en cada oportunidad a dos raros personajes estables, y paralelamente hacen otros roles más cotidianos, diferentes según el capítulo. Los estables son oficinistas un toque fantasmales, medio retro en su atuendo, solemnes y sentenciosos que atienden —es un decir— en un despacho circular blanco, con computadoras. Además de teletransportar misteriosamente a distintos/as visitantes para llevarlos a la reflexión sobre algún dilema por resolver, García y Pérez –tales sus apelativos— están munidos de una máquina a cuerda que hace ingresar a la persona (que caen de prepo en esa oficina), en situaciones que le sugieren alternativas para despejar sus dudas existenciales.
Según la gacetilla, el programa “propone un profundo debate sobre tema de candente actualidad”. Esta semana, bajo el subtítulo “Hacerse o no hacerse cargo”, le tocó al aborto, quedando claro al final que el título aludía a hacerse cargo del embarazo, no de su interrupción. Lorena está angustiada porque el test le dio positivo, no para de fumar. Es que el genitor no es su marido sino su jefe, ocasional amante. Una amiga le da datos de un médico, pero manifestándole su desaprobación porque el marido no participa de la decisión. En la línea más zarpada del guión, esta amiga le dice: “Cuando a mí me tocó, estaba sola, sin trabajo, sin pareja. Vos tenés una pareja estable...” Aunque se refiere al pasado ¡se trata de un personaje de la ficción televisiva argentina que se hizo un aborto y lo justifica! Pero ahí se termina el planteamiento abierto del tema y comienzan a meter baza Pérez y García, evidentemente contrarios a la intervención, aunque digan que no están ahí “para consideraciones morales o religiosas” y le informen a Lorena que es libre de elegir. Esto conceden después de que ella les pregunta por qué no le hablaron de crimen, de pecado... Bueno, después de diálogos que alejan el debate (José, el amante de una noche: “¿Por qué sos tan cruel?”. Lorena : “La vida es cruel”; el oficinista retro: “Señora, se da cuenta de que va a hacer saltar su vida por el aire, y la vida de los demás, un paso del que no se vuelve”. Lorena: “De ningún lado se vuelve”), nos venimos a enterar de que el marido es bueno, que la pareja estable andaba buscando un hijo, que ella se dejó llevar (“perdí el control, tomé cerveza, acepté salir con José por despecho, amanecí con él en el hotel, ni me acuerdo cómo pasé la noche”). Total que la rozagante cuarentañera queda embarazada de una única sesión de sexo casual con su jefe, y que —se sugiere al final ¡citando un parrafito de “Emma Zunz” de Borges!— bien podría dejar contento a su esposo (podemos deducir que infértil) sin necesidad de molestarlo con ciertas precisiones genéticas.
Como antídoto de Variaciones, resulta saludable mirar por YouTube al genial George Carlin en uno de sus últimos shows, antes de morir, en junio pasado. El filoso comediante y guionista, auténticamente polémico y contra toda forma de hipocresía, tiraba estos pensamientos sobre el aborto ante el enfervorizado público del teatro Beacon, de NY: “Estos conservadores son increíbles, están muy a favor de los no nacidos, pero una vez que nacés te dejan solo (aquí gesto con el dedo mayor para arriba). Están obsesionados por el feto hasta los nueve meses, pero después no quieren saber nada de vos, ni guardería, ni comida en la escuela, ni atención médica gratis... Si sos prenatal, están muy bien; si sos preescolar, estás jodido, pero si alcanzás la edad militar están bien: quieren bebés vivos para que después sean soldados muertos... Provida: lo que sea por salvar un feto, pero si es un doctor que hace abortos ¿pueden matarlo...? Provida: son antimujer, piensan que su función es ser yegua de cría para el Estado... ¿Vieron a una blanca antiaborto ofrecerse para que le implanten un feto negro en su útero? Tampoco la veremos adoptar a bebés adictos al crack... Si un feto es un ser humano, ¿por qué en los censos no los cuentan? ¿Por qué no les hacen un funeral cuando falla un embarazo...? Si tantos de los óvulos fertilizados terminan en compresas, se podría decir que cada mujer que ha tenido más de una menstruación es una asesina serial... Cuando los obispos católicos pasen por el embarazos, los dolores de parto, críen niños con el salario mínimo, entonces oiré qué dicen sobre el aborto. Mientras tanto, que mantengan sus manos alejadas de los chicos. Cuando Jesús dijo ‘dejan que los niños vengan a mí’, no se refería a eso...” Estas y otras cosas igualmente duras y certeras decía este humorista considerado y premiado en su país, que además de teatro, hizo cine y TV. Aquí, por el momento, tenemos que soportar la Cátedra del macho, por Coco Silly.
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