DIEZ PREGUNTAS
–Coordinadora del Grupo de Trabajo Internacional: Mujeres y TIC (ITF) del Ungaid (Alianza Global para las Tecnologías de la Información y la Comunicación para el Desarrollo de Naciones Unidas).
–Este grupo es una comunidad internacional de expertos y expertas que fue creado en el 2007 dentro de un organismo nuevo de Naciones Unidas que se ocupa específicamente de los temas de Sociedad de la Información, la Alianza Global para las Tecnologías de la Información y la Comunicación para el Desarrollo que empieza a impulsar el plan de acción que había sido aprobado en Túnez.
–Convoca a los expertos en cada área para cumplir ese plan de acción. La convocatoria se hace al mundo académico, la sociedad civil, los gobiernos y las empresas. Es un desafío muy grande pero muy interesante, porque crea un espacio de diálogo y de negociación entre sectores que tienen intereses muy dispares. Y hay un tema transversal a todas esas comunidades, que es el de las cuestiones de género.
–Para las cuestiones de género se presentaron dos comunidades: una comunidad que es el grupo de Mujeres y TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación), que es el que yo dirijo ahora, y otra que es la de Género, Tecnologías de la Información y la Comunicación para el Desarrollo. El que yo coordino ahora tiene un perfil más técnico, se fijó un plan de acción que es incrementar el número de mujeres y niñas que trabajan en estos campos, mejorar las condiciones de mujeres con puestos de trabajo en estas áreas, los temas de educación para las tecnologías, innovar en cuanto a cómo se enseña la tecnología y los temas de liderazgo de las mujeres en la creación de la Sociedad de la Información e impulsar los emprendimientos de base tecnológica en las mujeres.
–La primera acción que voy a desarrollar es un mapa de los recursos existentes en la región en este campo: quiénes somos, quién está trabajando en estos temas, desde la Universidad, desde los medios de comunicación, desde los gobiernos, desde las empresas. Porque en América latina no nos conocemos. El siguiente punto es comunicar lo que estamos haciendo a las mujeres, por ejemplo a través de documentos que tengan a mano en los celulares sobre cuáles son sus derechos en el caso de las trabajadoras de la salud, que ya se estuvo haciendo. Que sea una herramienta de información y de empoderamiento. Es infinito todo lo que se puede hacer. Las tecnologías son, básicamente, comunicación y red social.
–Yo me propongo impulsar el liderazgo de América latina. Mi responsabilidad es global, pero la verdad es que América latina ha estado muy rezagada en la voz y en las propuestas. Hay enormes diferencias entre todos los países de la región que tienen que ver no con las tecnologías, ni siquiera con el acceso, sino que creo que tienen que ver con las tradiciones culturales, con diferencias económicas enormes, con diferencias entre lo urbano y lo rural, que están morigerándose mucho por el uso de los celulares. Para mí el acceso a la tecnología es un derecho como lo es el derecho a la salud o a la educación.
–En principio vamos a trabajar con una alianza con la Cepal, con una alianza con la OEA, con una alianza con la Unesco, que son nuestras tres “socias” más cercanas en el trabajo. Nos van a permitir trabajar en el plano más político, de búsqueda de recursos.
–Yo creo que las tecnologías han ayudado mucho a reconocerse como parte de un colectivo que comparte una misma condición, a ver problemáticas comunes, a delinear estrategias entre las mujeres. Ahora creo que tenemos que acercar a hombres que ya tengan una reflexión hecha en términos de género.
–A tener más acceso a la información en general, pero también en temas puntuales que no hacen sólo a la cuestión de género: la salud, por ejemplo. La tecnología está pero se requiere acceso, condición necesaria pero insuficiente, y lo otro que se requiere es apropiación de esa tecnología, que es una condición absolutamente imprescindible y significa que vos la enredás, digamos, la vinculás a tu vida, cuando tiene sentido para tu vida. Las jóvenes, por ejemplo, usan las tecnologías para comunicarse, para estar en contacto con sus pares, divertirse y pertenecer a los grupos juveniles. También en otra etapa de la vida que sirve para gestión de la vida doméstica, del cuidado de los hijos y de contacto con sus relaciones. Más que verlo por grupo etario, lo que hay que ver es el sentido de los usos. Qué sentido tiene usar las tecnologías para distintos sectores de las mujeres, donde todas compartimos algo, que es el tema de comunicación.
–Primero, un trabajo con el Centro de la Mujer de Uruguay, incorporar la visión de género a todos los cursos que se dan de formación digitales; Uruguay tiene una red de telecentros muy grande. El segundo proyecto es el del curso de taller virtual para educadores de toda América latina, que se llama Ciencia, Tecnología y Sociedad. Y el tercer proyecto es un curso que se llama Creadores de la Sociedad del Conocimiento, que es estrictamente sobre juventud y sociedades del conocimiento. Y todo eso atravesado por el tema de género.
Gloria Bonder es licenciada en Psicología y M. A. en Género y Educación
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