Cuando se inauguró hace ya un mes la nueva sede de la galería Jardín Oculto, la nota de color fue bastante oscura para empezar: un apagón a apenas media hora de comenzado el evento. Volvió la luz enseguida y allí estaba ese espacio rústico y amplio aglutinando a gran parte de una generación de bohemia Sub-30.

Jardín Oculto había empezado como un juego en el departamento de Moira Aguirrezábal, en el barrio de Almagro, y a lo largo de cuatro años se dedicó a mostrar arte emergente, artistas jóvenes y desconocidos en los circuitos oficiales. El proyecto crece hasta tomar dimensiones inesperadas y –luego de su procesión por arteBA– se muda a un espacio propio. En la planta baja de la galería se expone un muestrario del staff permanente de Jardín Oculto y el primer piso está ocupado por la producción de Lula Bauer que dio sus frutos a lo largo de tres años. Esta última muestra se titula Triciclo, dando nombre a la interrelación entre tres esferas: la tríada música, literatura y fotografía.

“Nada es azaroso”, señala Lula cuando se le pregunta sobre los planteos teóricos que funcionan como pilares detrás de su obra. La joven artista sostiene que, casi con rigurosidad estadística, hay grandes probabilidades de encontrar nodos comunes, literariamente hablando, entre su gusto personal y el de otros artistas contemporáneos por ella admirados. Para demostrar esta convicción Lula creó una trama de coincidencias encontradas por casualidad en materia de gustos musicales y literarios entre la fotógrafa y algunos de sus cantautores preferidos. La propuesta es desglosar los intereses, pasatiempos y preferencias del grupo de músicos. Esto posibilitaría un proceso de trazado de directrices, líneas de cruce que conecten distintos puntos en la red de artistas.

La muestra se compone de un conjunto de retratos que se presentan acompañados por fragmentos literarios –desde cuentos tradicionales chinos hasta poemas de Federico García Lorca– elegidos libremente por los retratados. Además del texto, los músicos debían elegir la locación del retrato. Esta podía o no tener que ver con la temática del texto elegido. Podemos pensar esta obra como un tratado sobre las relaciones entre la fotógrafa y sus modelos, un ensayo fotográfico sobre las redes (virtuales o no) que se conforman como verdaderos tejidos sociales de interconexiones entre individuos y entre las disciplinas. Así, se podrán deslumbrar coincidencias y desencuentros tanto entre los gustos de los diferentes músicos entre sí como entre ellos y la autora.

La fusión interdisciplinaria se completa con el ciclo de presentaciones en vivo de varios de los cantautores retratados que tendrán lugar todos los viernes a las 21 hs de manera gratuita en Jardín Oculto (Venezuela 926 - San Telmo). Julieta Rimoldi + Rodrigo Guerra están el 23 de enero y Lucio Mantel + Julietita Sabanes, el 30 de enero.