MONDO FISHION
Una recorrida por los escaparates de Buenos Aires, donde las marcas ya presentaron sus nuevas colecciones, deja al descubierto cuáles son las tendencias para cubrirse en el invierno que viene.
› Por Victoria Lescano
El puntapié del comienzo de presentación de colecciones lo dio María Cher en su local de Palermo –El Salvador 4724–, una mañana de fines de febrero, desayuno mediante, en el local que ostenta un vergel japonés, mucha madera, y fue diseñado por el arquitecto chileno Mathias Klotz. Contiguo a una barra que sirve café con leche y muffins, una pantalla xl proyecta videos, bonus track de la campaña fotografiada por Gisela Filc. Una apología del cuerpo en movimiento y la ropa holgada –tono omnipresente en las colecciones– rescata los preceptos de ropa cómoda para bailar que predicaba la bailarina Martha Graham y lo fusiona con la lectura de tendencias. Una modelo vestida con el saco “Emperor”, suéter en lana blanca con flecos exuberantes y superposiciones de hilados –la modelo que lo luce, en un alto de la caminata, no sólo elogió la comodidad de la prenda, sino que argumentó que con ella se sentía cual personaje de la Guerra de las Galaxias–, lleva también una remera mc Leia en claro homenaje a la princesa Leia; un pantalón chupín en gris y botas cowboys al tono. Como enuncian desde la firma acerca de los ejes de la colección: “nuestra identidad rockera fusiona lo masculino y lo femenino y continúa vigente en la colección invierno 09, que muestra un equilibrio entre lo innovador y lo atemporal”.
Mediante lanas súper 120, sastrerías tizadas o satinadas y la exageración de las proporciones, la búsqueda se desplaza a una versión femenina del vestuario varonil: las piernas son muy anchas –aquí hay que remitirse al palazzo denominado Alder, a los chalecos que se alargan para convertirse en vestidos, modelos Tion o saco Shaak–. Vale aclarar que los apodos se desprenden del catálogo que reproduce cuarenta estilos, y que en la jerga se llama “lookbook”. Como contracara, Cher propone la línea “extra femenino”, cualidades que se manifiestan en el uso de transparencias, volumen en mangas, cuellos y volados, aditivos de pasamanería, de bordados o de flecos. El perchero que la marca califica de “rocker desaliñado” admite prendas deconstruidas con texturas diferenciadas, lurex, tramas agujereadas, brillos, colores oro y plata y cierres similares a la de alguna chaqueta Perfecto. El rasgo diferencial en el estilismo es la profusión de medias negras rasgadas y orgullosas de mostrar sus agujeros por encima de botas negras de caña alta. Del lado de los abrigos, el montgomery y la parka. Y también un tapado de piel marrón –en texturas ecofriendly que se lleva con collar de cadenas, vincha de lana–. La PR del grupo Mass, Lila Cuttín, quien oficia de anfitriona, lleva un caftan de colores rescatado de la edición limitada para la ocasión
También en febrero, pero ahora la locación es el Club Montañés de la Calle Crámer y Jorge Newbery, en el barrio de Belgrano. Puertas adentro del salón de fiestas con sus mesas con cisnes y el escenario atiborrado de globos, la disposición de pantallas y la entrega en mano de un cancionero anticipaban que allí se desarrollaría un karaoke. Con dirección artística de Manuel Attwell, estilismo de Caro Urresti y puesta de Furia, los modelos participantes del desfile cantado fueron seleccionados entre Civiles, Ep Bookers, Hype, Pink, entre otras agencias. Los camareros de la cantina del club vecina a una cancha de bochas traen papas fritas y otros tentempiés, jarras de gaseosas y hay barra libre de cerveza. Tal fue el marco para la colección de Live Unbuttoned Levis 501, algo así como una colección concebida para desabrocharse el pantalón, pero que traducido a la paleta cromática y a la jerarquía, pues los lavados son los indicadores de pedigrí y también el gran secreto de la industria del jean, remite a tonalidades en azules, grises y negros. El pantalón más sofisticado tiene el botón en cuestión bañado en oro.
Desde el apartado Premium red tab, el perchero femenino cita al estilo de los años ’70 mediante bolsillos plaqué con botones, faldas evasé, camisas con cuadros y volados, remeras con estampas surrealistas –destacamos un suéter denominado Rainbow que el catálogo institucional aconseja llevar con short de jean de cintura alta, medias negras opacas y zapatos verdes–. Entre los abrigos, cautiva un modelo verde esmeralda con petit pied de poule y volados que se lleva sobre vestido de jean retro.
Mientras tanto, en el apartado “Red Tab Seasonal” los calces van descendiendo del ancho de un oxford, a los ceñidos –modelo Slim Seasonal pant, que tiene cierres en la bocamangas, se lleva con botas cortas de taco alto, superposición de remeras: a una de rayas multicolores se suma otra blanca con diversidad de tipografías cual sopa de letras y en tonos estridentes–. Algo más abrigada para el invierno que promete ser frío resulta la propuesta de suéter a rayas violeta, rosa, turquesa y negro con bufanda al tono. Como complemento de la colección y con la etiqueta Blue, se vieron camperas con lavados en negro satinado y azul oscuro. Independientemente de los nuevos desarrollos y de las prendas, la gracia de la velada Levi’s residió en el juego y en sus otros modos para representar estilos. El cancionero incluía los hits “Dont Be Cruel”, de Elvis Presley; “Come Together” de Los Beatles, y “Happy Together” –cantado por el modelo Santiago Montero–, clásicos de The Carpenters, de Abba y de la siempre vigente Raffaella Carra. La vestuarista lució su gran tino para situar las pasadas según la canción que los comensales seguían desde las mesas.
Los directivos de la firma Uma agasajan a la prensa un mañana de comienzos de marzo desde el local de Paseo Alcorta, que exhibe un maniquí ataviado con minivestido en encaje negro –una textura imprescindible para las seguidoras de tendencias–, otro con pantalón oxford en satén brillante. Cautiva una gigantografía de la campaña con estilismo de Simona Martínez Rivero, fotografiada por Gustavo Di Mario, con locación Edificio Barolo y modelado por Paula Gandolfo, que transforman una simple camisa en estampas blanco y negro desabrochada hasta cerca del ombligo, un jean en animal print agrisado plus una chaqueta, en equipo de día para alguna diva de Hollywood de antaño.
Según destaca el dossier para la temporada, la firma se inspiró en estilos de 1970 y 1980, la bohemia emparentada con el rock. “El fetiche de la temporada son los abrigos en diversos largos, fantasías, espigados y una variante de pied de poule con estampa animal print exclusiva de la firma. El estilo masculino se renueva, reinventando las texturas clásicas como Príncipe de Gales y espigados. Reaparece el tweed, los tejidos a cuadros y el paño en lana y mezclas. El pantalón se reformula en pitillo, oxford, de corte masculino, recto, con pinzas o sin ellas.” En Uma se considera a la camisa como prenda comodín y la desarrollaron en estampas escocesas, búlgaros, flores, cascadas de volados, de alforzas y de moños. Entre la profusión de tapados –los precios que dictan sus etiquetas son altos– y las tradicionales chaquetas de cuero, destaca un tapadito blanco que emula la sastrería y el corte retro de los Marilú.
Miércoles 18 de marzo. El desayuno al que convoca la firma Complot vía la agencia Muchnick, Alurralde y Jasper, en su local de El Salvador 4731 está atiborrado de periodistas y también de actrices muy jóvenes y usuarias de la marca, reunidas alrededor de una puesta de delicias –macarrones de pistachio, malvaviscos, pequeñas tortas decoradas con rosas– y vajilla de porcelana antigua provista por los expertos de Les Croquants, un catering de pastelería a la que califican de “extemporánea”.
Café con leche y vajilla chic en mano, la estilista Clarisa Furtado, responsable de la campaña, cuenta que a tono con el espíritu rocker de la marca, la sesión de fotos de Cecilia Glick transcurrió en el Salón Pueyrredón.
En los exhibidores y también en los maniquíes del escaparate se muestran modos de uso de la nueva chaqueta de cuero con tachas, de los vestidos cortos, de las remeras multicolores que causan furor de ventas. La firma pregona un rescate de la elegancia y de la modernidad. “Una vuelta al pasado en las estampas y ciertas prendas vintage, las blusas escocesas, los anchos pantalones de talle. Las texturas remiten a denim, sedas, jacquard y el cuero. Los tonos favoritos de Complot son fucsia, violeta, azul, verde, gris, rojo anaranjado y es notorio el uso del negro de pies a cabeza con superposiciones de texturas de encajes y de satén.
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