Romina y Gissel estaban en la cocina, charlando, cuando aparecieron tres compañeras que las golpearon y las amenazaron con un cuchillo. Romina es Tejerina. Y la cocina pertenece a la Unidad Nº 3 de mujeres de San Salvador de Jujuy. “Me dijeron que me iban a quemar viva”, denunció la joven. Ella pudo contar tres días después lo que había sufrido, cuando la dejaron salir de la celda donde permaneció sola y confinada como medida para resguardarla de sus agresoras. “Si hay que encerrarla en una celda, ponerle vigilancia en la puerta, aislarla de sus compañeras, está claro que el penal no puede proteger a mi hermana. Romina está en peligro”, alertó Mirta Tejerina, su hermana.

Romina fue quien a través de una carta relató qué ocurrió el 3 de marzo pasado. “Mi compañera y yo estábamos en la cocina y vinieron tres compañeras a atacarnos. Gissel (R. de Aparicio, de 18 años) recibió golpes, la rasguñaron, le querían clavar un cuchillo. Yo me asusté, intenté salir afuera y una de ellas me agarró del cabello, me metió una piña en la cabeza y me amenazó de muerte con el mismo cuchillo”, contó. Desde febrero de 2003, cuando mató a su bebé recién nacido producto de una violación, ella se convirtió en la destinataria de cientos de marchas de mujeres de todo el país exigiendo su libertad.

Después de la agresión, Romina fue trasladada, junto a su compañera, al sector donde viven las mujeres menores de 18 años. Pero estuvo poco tiempo allí. “Del servicio llamaron a la Sala II (de la Cámara de Apelaciones) y preguntaron si yo podía alojarme en ese sector para resguardar mi integridad, y dijeron que no. Yo me pregunto: ¿es tanta la bronca que me tienen? ¿Están esperando que me maten en la cárcel para poder estar tranquilos?”, preguntó la joven. “Hay recrudecimiento de la situación de detención, las garantías de su vida no están resguardadas”, sostuvo la hermana.

La joven fue liberada de su aislamiento luego de que se presentaran tres recursos de hábeas corpus ordenando que termine con el encierro de Romina y se tomen las medidas de cuidado hacia la víctima. “Presentamos dos hábeas corpus ante el juez (Antonio) Llermanos, que condenó a Romina por el infanticidio, y uno ante el Juzgado Penal, a cargo del juez Gutiérrez. El primero que dio lugar al pedido fue Gutiérrez”, señaló.

“El mismo día que Romina sufrió estos ataques nos enteramos de que Llermanos había resuelto rechazar el pedido para que mi hermana pueda iniciar sus estudios universitarios. Claramente, este juez está ensañado con Romina y paga las consecuencias. Tiene que esperar hasta el año próximo, cuando cumple las tres cuartas partes de su condena, para empezar a estudiar”, relató Mirta.

La familia de Romina, junto a organizaciones de mujeres y diputadas nacionales, realizará el próximo lunes, a las 11, en la sala José Luis Cabezas, del Congreso de la Nación, una conferencia de prensa para denunciar los ataques que sufre y exigir una vez más la reincorporación de la figura de infanticidio al Código Penal, proyecto que consiguió dictámenes favorables de las comisiones, pero que no cuenta con el apoyo del oficialismo para tratarse en el recinto de la Cámara de Diputados.