Con un tono onírico construido en base a un decálogo de imprevistos ideados desde París y para las filiales del mundo entero por los directores de arte Pierre Alexis Dumas y Pascale Mussard, la publicación Le monde d’Hermès dejó sentado que está atenta al furor por la estética y la iconografía de Africa que parece regir las colecciones de primavera en el Hemisferio norte. Sus páginas exaltan estilos que citan los de un hipotético museo etnográfico. Con el título Cabinet Excentrique, la silueta de quien podría ser del jefe de una tribu africana luce en las diversas páginas que ofician de catálogo y house organ de la firma, ataviado con profusión de arte plumario. Con tal libre albedrío, la caracterización le permite lucir un paraguas de viaje con empuñadura desenroscable en cuero de cocodrilo, un pisapapeles de cuero a modo de chignon, una profusión de foulards –icono de la firma– cubriendo y abrigando un simulacro de choza. Y en primeros planos exhibe una vasta sucesión de cinturones con la emblemática letra H, collares para perro, brújulas sofisticadas, brazaletes que emulan collares de perro y llaveros pensados para el mercado del lujo. Las páginas dedicadas a la moda femenina admiten mujeres ataviadas con pantalón y sahariana con flecos, casi cherokee afrancesado y guantes mitones en cordero y sandalias en cabra de terciopelo, descansando sobre una maleta en cocodrilo color habano. El estilismo se vuelve aún más bizarro y onírico cuando se repara en la locación: una habitación elegante invadida por caracoles gigantes que trepan por las paredes y ella en bañador con tirantes cruzados, o un vestido camisero, sandalias en charol rojo, una túnica en muselina de seda roja con rayas mexicanas. La reciente presentación en Buenos Aires del catálogo y house organ de la firma del mercado de lujo que tiene su maison en la avenida Alvear, transcurrió, almuerzo mediante, en el restaurante Tegui –el último proyecto gastronómico del chef Germán Martitegui–, con la periodista Ana Torrejón, actual pr de Hermès en la Argentina, oficiando de anfitriona. A tono con el gabinete excéntrico que denota las páginas de la revista, el chef ideó para la ocasión un almuerzo con espárragos, sobert de tomate y brioche, ravioles de langostinos con migas trufadas, vieyras y duraznos y postre de chocolate, pistacho y eucalipto, que las asistentes acompañaron con kir royal y Chardonnay. Entre los contenidos periodísticos hay enunciaciones sobre la colección Emile Hermès, un relato sobre alpargateras, una receta para picnic de sibaritas –los panes lucen de plata a tono con la navaja de bolsillo Herlag ideada por los orfebres de la marca– y también las últimas noticias de la fundación dedicada al arte que ocupa uno de los apartados de la firma. En la sobremesa, la revista local Remixed, especializada en difundir moda y sociales, invitó a las y los comensales a pasar al patio con botánica retro para sumarse a la arbitrariedad de su nuevo número temático: debían posar gesticulando la letra v de la victoria.